El 1 de julio de 2018 fue un día histórico para la izquierda mexicana: el tres veces candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, había logrado por fin la victoria. Tras las derrotas anteriores, la tercera fue la vencida.
Desde que asumió el cargo el 1 de diciembre de 2018, han pasado exactamente dos años y nueve meses de lo que llamó la “Cuarta Transformación de la vida pública de México“, mejor conocida como la Cuatroté.
“Comienza la Cuarta Transformación de la vida pública de México. Les doy mi palabra: no los voy a defraudar”, dijo el día que le colocaron la banda presidencial en el pecho.
Hoy, el Presidente entregará su Tercer Informe Oficial de Gobierno para hacer un balance de mitad de período de lo que ha significado su administración para remediar los principales problemas del país.
Los datos duros, extraídos de fuentes oficiales, indican que no todo ha ido de maravilla, como afirman el Presidente y sus seguidores, pero tampoco todo ha sido un desastre, como proclaman sus detractores. Como en todo gobierno, hay claroscuros.
En medio de la pandemia del Covid-19 y la consiguiente crisis económica que puso patas arriba a todos los gobiernos del mundo, también es cierto que algunos han sabido manejarlo mejor que otros. Estos son los datos duros que indican cómo estaba el país cuando lo recibió López Obrador y cómo está ahora, a casi tres años de su mandato, en materia de corrupción, seguridad, empleo, economía y pobreza.
La lucha contra la corrupción fue una de las banderas que enarboló López Obrador en su última campaña. Aunque asegura que ya no hay corrupción en su gobierno, las cifras no son tan convincentes.
Según el Inegi, la proporción de mexicanos que tuvo contacto con un servidor público y experimentó actos de corrupción bajó de 29.6 a 10.3 por ciento entre diciembre de 2019 y junio de 2021. Sin embargo, el porcentaje de quienes experimentaron actos de corrupción por parte de autoridades de seguridad pública creció de 14.6 a 46.8 por ciento en el mismo periodo.
En las altas esferas del poder, la Fiscalía General de la República (FGR) ha procesado a importantes funcionarios de la pasada administración como el ex director de Pemex, Emilio N, o la ex secretaria de Desarrollo Social, Rosario N, por los casos Odebrecht y la Estafa Maestra, aunque sin resultados claros. Por otro lado, exoneró al general Salvador Cienfuegos, ex secretario de la Defensa Nacional, acusado por Estados Unidos de cooperar con el cártel de los Beltrán Leyva.
Con más de 34.200 homicidios dolosos, 2018 había cerrado como el año más violento de la historia reciente de México hasta ese momento. López Obrador prometió cambiar la estrategia fallida de sus antecesores y combatir las causas de la violencia con programas sociales. “Abrazos, no balas“, fue su lema.
En el primer año de su administración se batió un nuevo récord de asesinatos con 35.616 víctimas. Para 2020, el delito apenas se redujo a 35.484 homicidios. En cuanto a otros delitos, disminuyeron las denuncias por secuestro, narcomenudeo y robo en todas sus modalidades, pero aumentaron las violaciones sexuales y los delitos de género (violencia de género, trata de personas y feminicidios).
López Obrador ha sido criticado porque en lugar de cambiar la estrategia de militarización iniciada por Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto, la ha reforzado asignando a soldados y marinos nuevas tareas que antes estaban en manos de civiles. En definitiva, la confianza ciudadana en el Ejército, la Guardia Nacional y la Marina ha mejorado.
El confinamiento debido a la emergencia sanitaria provocó el cierre de miles de puestos de trabajo. La tasa de desempleo, que al inicio del sexenio rondaba el cuatro por ciento, se disparó al 5,4 por ciento en el segundo trimestre de 2020. Desde entonces, ha ido disminuyendo cada trimestre, pero aún no ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia.
El número de asalariados permanentes registrados en el IMSS (trabajadores formales) se ha mantenido casi igual, salvo la reducción experimentada en 2020.
Por otro lado, durante la administración de AMLO, el salario mínimo es el que más ha aumentado en la historia reciente, al recibir 88 pesos y ahora se ubica en 141 pesos. A pesar de esto, los empleos de hasta un salario mínimo siguen creciendo, mientras que los de mayor remuneración (más de cinco salarios mínimos) se están perdiendo.
En términos del PIB, en 2019 la economía cayó 0.2 por ciento. La pandemia provocó una contracción al año siguiente de 8.2 por ciento, y para este año la recuperación promedia un repunte de 8.8 por ciento de crecimiento, el mayor de la historia reciente.
La inflación se caracterizó al inicio del sexenio por ser baja y estar en línea con los objetivos del Banco de México; sin embargo, durante 2021 ha ido aumentando en gran medida por el alza de los precios de los energéticos. Los alimentos básicos como el maíz, el huevo y el frijol han provocado una mayor inflación.