Con la llegada de los talibanes al poder en Afganistán, las mujeres de ese país vuelven a tener miedo de las leyes ultramodernas del régimen, ya que cuando gobernaban entre 1996 y 2001 tenían prohibido trabajar y estudiar, así como llevar ropa que no infringiera sus normas.
Esto se ha visto inmediatamente en la vestimenta de las periodistas, que han dejado de llevar looks occidentales para adoptar el hiyab, lo que se ha hecho viral. Ejemplos de la situación son Clarissa Ward, de la CNN, y Charlotte Bellis, de Al Jazeera.
Clarissa Ward, corresponsal de la CNN, denunció en sus redes sociales que fue obligada a cambiarse de ropa. La nueva ley talibán la obligará a llevarla siempre que esté en presencia de hombres y escribió que “en las calles de Kabul hoy, estamos siendo testigos de la historia”.
Mientras tanto, Charotte Bellis, de Al Jazeera, también empezó a llevar el hijab, una especie de velo que sólo deja al descubierto la cara y cubre la cabeza y el pecho, para informar desde las calles de la capital afgana.
Según la presentadora Aaisha, la entrada de los talibanes provocó “un cambio en nuestras vidas”. “En las últimas 24 horas hemos sido confinadas en nuestras casas y la muerte nos amenaza en todo momento”, declaró a The Guardian, y añadió: “Durante muchos años, he trabajado como periodista para alzar la voz de los afganos, especialmente de las mujeres afganas, pero ahora nuestra identidad está siendo destruida y no hemos hecho nada para merecer esto”.
La nueva ley no es sólo una cuestión de vestimenta o estética, en la que no pueden pintarse las uñas o utilizar cosméticos, sino que va más allá, ya que ahora están obligadas a depender de un hombre para todo, incluso para desplazarse, y ni siquiera pueden coger un taxi si no van acompañadas de un hombre, preferiblemente su marido, que debe ser musulmán.
También ocurrió que uno de los principales canales de Afganistán, Tolo News, contrató a una conductora, tras dos días de incertidumbre en los que los medios de comunicación se mostraron cautelosos ante las consecuencias de la toma de Kabul por los talibanes.
La Fundación Internacional de Medios de Comunicación de Mujeres (IWMF) expresó su preocupación por la situación de las mujeres en el país y pidió apoyo para todas ellas.
A través de la recaudación de fondos, la IWMF pide apoyo para poder seguir prestando asistencia a las mujeres periodistas en Afganistán y a las que intentan huir.
La IWMF apoya todas las medidas que garanticen la seguridad de las mujeres periodistas y de los trabajadores de los medios de comunicación que intenten evacuar Afganistán, y pide a todos los gobiernos del mundo que abran sus fronteras e incluyan a los trabajadores de los medios de comunicación en cualquier oferta de visado humanitario disponible.
Por otra parte, Reporteros sin Fronteras (RSF) se muestra muy escéptica respecto a las garantías ofrecidas por los talibanes, tras su toma de poder en Afganistán, para el respeto de la libertad de prensa, dado su pasado y su comportamiento más reciente.
En un comunicado, RSF señala que el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, les ha asegurado que respetarán la libertad de prensa, pero subraya que dan a estas palabras “muy poca credibilidad”, porque tienen “un historial desastroso e incluso terrible” en primer lugar.
A la pregunta de qué ocurrirá con las mujeres periodistas, Mujahid respondió que Afganistán es un país musulmán y les pide que permanezcan en sus casas “sin estrés y sin miedo” hasta que se establezca un marco sobre las normas de vestimenta. Pero después, les aseguró que podrán volver a trabajar.
Reporteros es muy pesimista en cuanto a la realidad de estas seguridades e informa de los temores de algunos periodistas afganos sobre lo que realmente harán una vez que los extranjeros hayan abandonado el país y los talibanes se hayan instalado en el gobierno.
|| Con información de EFE y AFP