Una semana después de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, la actividad explosiva aumentó este domingo, según las autoridades locales, y 5.000 personas han sido evacuadas mientras la lava fluye hacia el mar.
El presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, declaró en rueda de prensa que el flanco sur de la colada de lava se había unido al flanco principal cerca del pueblo de Todoque, acelerando el movimiento de la colada de magma en las últimas horas.
María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), calculó que la colada de lava se mueve a una velocidad de entre 100 y 200 metros por hora, pero señaló que “no hay cifras exactas, sólo estimaciones”.
Según Hernández Zapata, la lava ha vuelto a ser agresiva, llevándose consigo señas de identidad de la comunidad, como la catedral, que se ha derrumbado por el impacto del magma.
Las autoridades afirman que, tras dos días de calma, la lava se reactivó por los aportes de nuevos conos que surgieron el pasado viernes y que se originaron en zonas del volcán más al interior.
Mariano Hernández Zapata explicó que una de sus principales preocupaciones es que la lava pueda llegar a la autopista, que es la única vía de acceso al sur y a la costa, ya que esto aumentaría los daños estimados por la actividad volcánica, que hasta ahora superan los 20 millones de euros.
Por último, se señaló que la caída de ceniza ha provocado la suspensión de las clases en los municipios de Santa Cruz de la Palma y Breña Alta, así como en Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte, donde los colegios permanecen cerrados desde el día de la erupción.
Con información de EFE / AFP