El presidente sirio Bashar al-Assad fue reelegido para un mandato de siete años con el 95,1% de los votos, según anunció el jueves el presidente del Parlamento, tras una elección criticada por la oposición y los países occidentales.
Los otros dos candidatos, Abdallah Sallum Abdallah y Mahmud Marei, obtuvieron respectivamente el 1,5% y el 3,3% de los votos.
“Me siento feliz y honrado de anunciar la victoria de Bashar Hafez al Asad para el cargo de presidente de la República Árabe Siria“, anunció el jueves desde el hemiciclo el presidente del Parlamento, Hamuda al Sabag.
Al Asad obtuvo 13 millones 540 mil 869 votos, el 95,1 % del total; su oponente Mahmud Marai, líder de la oposición interna tolerada por Damasco, obtuvo 470 mil 276 votos; y en último lugar quedó el ex viceministro de Asuntos Parlamentarios Abdullah Salloum Abdullah, con 213 mil 968.
Casi 14,24 millones de votantes participaron en las elecciones del total de más de 18 millones de personas convocadas a las urnas dentro y fuera del país, detalló Al Sabag, en un esperado anuncio que llegó horas más tarde de la hora establecida para ello.
“Esta es la voluntad del pueblo y nada está por encima de ella, porque se desprende de la voluntad de Dios de que el pueblo tenga libertad de elección y determine su futuro como camino para la construcción de la nación”, concluyó el presidente.
Estas son las primeras elecciones que se celebran en medio de una relativa calma desde el inicio del conflicto armado en 2011 y han sido ampliamente rechazadas por la oposición en el exterior y parte de la comunidad internacional.
Al Asad, también comandante de las Fuerzas Armadas, ha sobrevivido a la Primavera Árabe y a años de guerra, logrando desde 2016 retomar militarmente la mayor parte del territorio sirio con la ayuda de su aliada Rusia y de las milicias chiíes iraníes y libanesas que le apoyan.
En 2011, una revuelta popular contra su régimen le hizo tambalearse, pero el líder aplacó por la fuerza a sus detractores en las calles y siguió haciéndolo por la vía militar cuando la situación se convirtió en un conflicto abierto.
Oftalmólogo de profesión, Al Asad también ha superado otros reveses que han afectado a su vida personal en los últimos años.
Su esposa, Asma, ha superado recientemente un cáncer, del que apenas se ha hecho público, mientras que su familia y su entorno han sido objeto durante el último año de una larga lista de sanciones estadounidenses en virtud de la llamada Ley César.
Con su victoria en las urnas, Al-Assad revalidó su poder una vez más, esquivando un creciente descontento popular por la grave crisis económica y la escasez de productos básicos en Siria, que ha llevado al 60% de la población a sufrir inseguridad alimentaria, según datos de la ONU.