SANTIAGO. Con mítines y pancartas concluyó en Chile la campaña más polarizada desde el fin de la dictadura para las elecciones presidenciales del 21 de noviembre, las más cruciales e inciertas de la historia reciente del país.
En la región de Valparaíso, a 122 kilómetros de la capital en dirección a la costa chilena, el candidato de la izquierda Gabriel Boric participó en múltiples actos en distintas localidades donde destacó su proyecto centrado en garantizar los derechos sociales.
“Es importante que cambiemos para avanzar. Construir un Estado que garantice los derechos, la dignidad y la igualdad es la única forma de tener estabilidad”, afirmó durante su cierre de campaña.
“Mientras otros candidatos prometen cerrar el Ministerio de la Mujer y el INDH, perseguir las ideas de izquierda y discriminar a las mujeres solteras, nosotros venimos a incluir, abrazar y construir un Estado que cuide y no abandone”, agregó.
Por su parte, el ultraderechista José Antonio Kast, que cerró su campaña electoral en el acomodado barrio de Las Condes en Santiago, destacó la “necesidad” de “recuperar Chile”.
“Hay recetas para recuperar la economía, pero no para recuperar la libertad cuando la izquierda toma el poder. Nunca más nos entregaremos a la intolerancia de la izquierda”, dijo.
“Queremos recuperar el acento en el amor a Chile, recuperar nuestras tradiciones (…) Dios, la patria, es lo que nos inspira, la libertad”, señaló el candidato del Partido Republicano.
Con la ultraderecha en alza, la redacción de una nueva Constitución en marcha, una acuciante inflación post-pandémica y una fuerte crisis social e institucional que no cesa desde 2019, los expertos coinciden en que son las elecciones más polarizadas y cruciales de la historia reciente del país sudamericano.
Y en un Chile cada vez más acostumbrado a la división, se sumó en las últimas semanas una nueva variable, los Papeles de Pandora y el cerco al presidente saliente, Sebastián Piñera, señalado en una investigación internacional por presuntas irregularidades y conflictos de interés en la venta en las Islas Vírgenes de un megaproyecto minero durante su primer mandato (2010-2014).
Las encuestas coinciden en que ninguno de los siete candidatos se impondría en la primera vuelta y Boric y Kast llegarían al balotaje del 19 de diciembre, aunque las estadísticas no han sido correctas en los últimos dos años.
El candidato oficialista Sebastián Sichel, ex ministro de centro derecha, llenó con miles de molinetes amarillos la icónica Plaza Italia de Santiago, epicentro de las masivas protestas sociales que comenzaron en 2019.
“Queremos que una campaña sea de esperanza (…) recuperar una plaza para que todos los chilenos sean parte de un mismo futuro. Donde algunos quieren polarización, nosotros queremos encuentro”, afirmó el candidato, que según las encuestas no llegaría a la segunda vuelta.
La incertidumbre rodea más que nunca la votación, en la que por primera vez y según las encuestas, los dos candidatos que pasarían a la segunda vuelta no forman parte de las dos grandes coaliciones que se han repartido el poder desde la salida del dictador Augusto Pinochet en 1990.
Es una incógnita si los favoritos podrán convencer a la gran masa de votantes indecisos y revertir la abstención.
Desde que el voto es voluntario, ninguna elección presidencial ha superado el 50%, un umbral que sólo se alcanzó en el plebiscito de 2018 para una nueva Constitución.