Los colegios electorales alemanes abrieron este domingo para iniciar las elecciones generales que marcarán el fin de la “era Angela Merkel” como canciller de esa nación, tras 16 años en el poder.
Según medios locales, más de 60 millones de ciudadanos con derecho a voto estaban convocados a las urnas.
Sin embargo, en Alemania el cargo de canciller no se elige directamente, sino que lo hace la Cámara Baja del Parlamento, el Bundestag, tras formar gobierno. Por tanto, Merkel podría permanecer en el poder durante semanas o meses.
Para elegir a un nuevo canciller en Alemania, por primera vez tras años de coaliciones bipartidistas, esta vez pueden ser necesarios tres partidos para alcanzar la mayoría, algo habitual en los parlamentos regionales del país pero que no se veía desde la década de 1950.
En la mayoría de los sistemas parlamentarios, el Jefe de Estado nombra a un partido para formar gobierno. Por lo general, resulta elegido el partido más votado en las urnas. Sin embargo, todos los partidos pueden participar en las llamadas “conversaciones exploratorias”.
Por ejemplo, el partido “Alianza 90″ o “Los Verdes” ya ha convocado un congreso del partido para el sábado 2 de octubre, en el que podrían decidir con quién mantener esas conversaciones exploratorias.
En esta fase inicial que no tiene plazo, nada impide que los partidos mantengan conversaciones en paralelo para formar coaliciones.
“Quien acabe con la mayoría en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) será el canciller”, dijo la semana pasada Armin Laschet, de la alianza conservadora CSU, a la que pertenece Angela Merkel.
El próximo lunes, 27 de septiembre, los partidos celebrarán reuniones de dirección, mientras que los legisladores recién elegidos celebrarán sus primeras reuniones la próxima semana.
El nuevo parlamento deberá celebrar una sesión inaugural no más de 30 días después de las elecciones para elegir al nuevo canciller. Sin embargo, la Comisión Electoral local ha advertido que los resultados finales pueden retrasarse debido al alto porcentaje de votos por correo.
Al final de estas negociaciones, los partidos deciden quién se encargará de qué ministerios y se firma un contrato de coalición que define los términos del acuerdo.
Una vez celebradas todas las reuniones, el jefe del Estado debe proponer al posible canciller al Bundestag para que se realice una votación interna en total secreto y, a continuación, anunciar el candidato ganador, que debe obtener la mayoría absoluta.
En caso de que no surja ninguna alianza entre los partidos, el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Frank-Walter Steinmeir, podría nombrar a un potencial canciller que podría proceder del partido con mayor número de votos.
En caso de que no se alcance la mayoría absoluta del parlamento, podría celebrarse una segunda votación dos semanas después. Si para entonces sigue sin haber mayoría absoluta, se celebrará inmediatamente una tercera votación en la que se podrá dar un ganador con mayoría relativa.
Con ello, el presidente Steinmeier deberá decidir si nombra al canciller como jefe de Gobierno en minoría o si disuelve el Bundestag y convoca nuevas elecciones.
Este escenario se evitó en 2017 ante el bloqueo de las negociaciones, Steinmeier instó a los partidos a reunirse de nuevo y les presionó para renovar la llamada gran coalición.