El autismo, también conocido como trastorno del espectro autista (ASD), es un tema que genera preocupación y dudas en los padres. Con esta guía, pretendemos ofrecer información comprensible y respuestas a las preguntas más comunes en un lenguaje sencillo y fácil de seguir.
Entendiendo el autismo
Antes de abordar las señales o síntomas, es esencial comprender la naturaleza del autismo. Este trastorno se caracteriza por dificultades en las habilidades sociales, conductas repetitivas y problemas con el habla y la comunicación no verbal. A pesar de estas dificultades, cada niño con autismo puede tener habilidades específicas y fortalezas únicas.
Uno de los aspectos más destacados del autismo es su variedad de manifestaciones. Cada niño o adulto afectado puede mostrar síntomas de diferente gravedad e incluso tener síntomas distintos. Por ello, es fundamental conocer los signos a los que debemos estar atentos.
Diagnóstico del autismo
El diagnóstico del autismo recae en manos de profesionales capacitados, como psicólogos infantiles, neurólogos infantiles, neuropsicólogos y psiquiatras infantiles. Realizar un diagnóstico temprano es crucial para ofrecer al niño con autismo el apoyo y las oportunidades necesarias para su desarrollo.
¿Cuáles son los primeros signos de autismo?
Los primeros signos de autismo a menudo aparecen en edades tempranas, como los 12 meses, y suelen ser detectados por los familiares a los 18 meses. Algunos signos de alerta pueden incluir falta de contacto visual, desinterés por el juego, ausencia de gestos para mostrar cosas de interés, movimientos estereotipados y falta de balbuceo.
A medida que el niño crece, otros signos de alerta pueden surgir. Entre los 18 y 24 meses, se podría notar una falta de respuesta al nombre, pérdida de contacto visual, falta de imitación de gestos o acciones de otras personas y falta de afecto hacia los seres queridos.
Tres niveles de severidad en el autismo
El autismo se clasifica en tres niveles de severidad, según el grado de apoyo que necesite el niño. Estos son:
- Nivel 3: Requiere apoyo muy sustancial
- Nivel 2: Requiere apoyo sustancial
- Nivel 1: Requiere apoyo
El nivel 1, también conocido como autismo leve, se caracteriza por problemas en la comunicación social y comportamientos repetitivos. Aunque estos niños pueden parecer menos afectados, igualmente pueden enfrentar desafíos significativos en su vida diaria.
Desarrollo social y del lenguaje
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) pueden experimentar diferencias en su desarrollo social y del lenguaje, como retrasos en el lenguaje o diferencias en la interacción con otros niños. A pesar de ello, en el caso de los niños en el espectro autista, es normal que logren sentarse, gatear y caminar a tiempo.
La importancia de la atención conjunta
La atención conjunta es una de las bases para las habilidades sociales y de comunicación posteriores. Los niños en el espectro autista pueden presentar retraso o falta de atención conjunta. Por ejemplo, pueden tomar la mano de uno de sus padres y llevarlo al objeto que les interesa sin hacer mucho contacto visual, si es que lo hacen.
Comunicación no verbal y habla
La mayoría de los niños en el espectro autista muestran retrasos en la comunicación no verbal y el habla. Un ejemplo de esto es la repetición de lo que escuchan durante un período más largo, a menudo llamado eco o repetición “como loro”. Algunos niños diagnosticados más tarde en el espectro parecerán haber alcanzado los hitos del lenguaje en sus primeros años, pero alrededor del 25% de ellos puede desarrollar un lenguaje que dejan de usar repentina o gradualmente.
¿Cómo detectar el autismo temprano?
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que todos los niños sean evaluados para detectar o descartar el trastorno del espectro autista (TEA) en sus chequeos médicos de niño sano de 18 y 24 meses. No obstante, los padres pueden aportar sus sospechas de conductas peculiares desde el primer año de vida de su hijo. Estas podrían ser de gran importancia para un diagnóstico temprano.
La vida con autismo
Los niños con autismo pueden presentar comportamientos rígidos, poca capacidad de gestión de la frustración, movimientos repetitivos (como aletear con las manos), poco contacto visual con otras personas y poco interés o atención en su entorno. Sin embargo, es importante recordar que cada niño con autismo es único y puede desarrollar habilidades sorprendentes en áreas específicas.
Al conocer y comprender el autismo, los padres pueden ser la mejor red de apoyo para sus hijos. Juntos, pueden enfrentar los desafíos, celebrar las victorias y, en última instancia, forjar un camino hacia una vida plena y feliz para el niño afectado y toda la familia.