Estados Unidos exigirá a partir del lunes a todos los viajeros que se dirijan a su territorio que presenten un test de coronavirus negativo en las 24 horas previas a su vuelo, independientemente de su estado de vacunación o del país del que partan, en un esfuerzo por frenar la posible propagación de la nueva variante de Covid-19, Omicron. Esta es una de las medidas anunciadas el jueves por la administración del presidente estadounidense Joe Biden dentro de su plan de invierno contra el Covid-19, que incluye otras ocho disposiciones. Anteriormente, EE.UU. exigía que tanto los viajeros aéreos vacunados como los no vacunados se sometieran a la prueba del coronavirus antes de la salida. Sin embargo, esto era más estricto para los viajeros no vacunados, que tenían que dar negativo en las 24 horas anteriores a la salida, mientras que los viajeros vacunados tenían que dar negativo en las 72 horas siguientes. “Este plazo más estricto para todos los viajeros proporciona un nivel adicional de protección de la salud pública mientras los científicos siguen evaluando la variante Omicron“, dijo un alto funcionario estadounidense, que quiso permanecer en el anonimato, en una conversación telefónica con los periodistas. La fuente descartó que los viajeros tuvieran que estar en cuarentena durante algún tiempo tras su llegada o someterse a otra prueba de coronavirus a los dos o tres días de pisar suelo estadounidense, como habían afirmado varios medios de comunicación de ese país. Además de los protocolos para viajeros, el plan de Biden contra el coronavirus de invierno incluye medidas para promover la vacunación de refuerzo entre todos los adultos, ampliar la vacunación entre los niños, mejorar el acceso a las pruebas gratuitas en el hogar y aumentar la protección en el lugar de trabajo. Además, el programa de Biden, anunciado por la Casa Blanca el jueves, reforzará, entre otras cosas, los equipos de respuesta rápida para hacer frente a posibles picos de casos y garantizar el suministro de comprimidos de tratamiento Covid-19 una vez que sean aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). El alto funcionario, si bien reconoció en la llamada telefónica que la nueva variante Omicron era un “motivo de preocupación” en los Estados Unidos, dijo que “no era un motivo de preocupación” en los Estados Unidos, “tenemos las herramientas que necesitamos para hacer frente a esta variante y seguir avanzando en nuestra lucha contra el virus”. Estados Unidos confirmó el miércoles el primer caso de la variante Omicron del coronavirus en su territorio, detectado en California en una persona que regresaba a Estados Unidos desde Sudáfrica el 22 de noviembre. En Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia con más de 780 000 muertes, casi el 20% de la población ya ha recibido la dosis de refuerzo de los sueros disponibles.