GAZA. Israel hizo retroceder a un grupo de camiones de ayuda internacional cargados de alimentos, medicinas y combustible que se dirigían a los residentes de la Franja de Gaza, que han sido golpeados por los bombardeos indiscriminados del ejército israelí.
El paso fronterizo de Kerem Shalom, que llevaba pocas horas abierto, fue cerrado por Israel tras los disparos de artillería del grupo palestino Hamás.
El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansur, dijo que había pedido a Naciones Unidas que hiciera “un llamamiento urgente para proporcionar ayuda humanitaria inmediata al pueblo palestino en Gaza“, en una rueda de prensa en la sede de la organización.
“No podemos seguir viviendo bajo este régimen agresivo de apartheid. Esta ocupación debe terminar. Necesitamos un Estado independiente con Jerusalén Este como capital, donde podamos vivir con dignidad y libertad”, dijo el diplomático, que tiene rango de ministro.
La Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA) denunció la “respuesta absolutamente desproporcionada” de Israel en sus bombardeos sobre la Franja de Gaza y subrayó que “está bombardeando sin tregua ni pausa”, lo que impide a las organizaciones humanitarias entregar ayuda a los afectados.
“Los momentos más intensos de bombardeos en 2014 es lo que estamos viendo ahora desde el inicio de la ofensiva”, ha dicho la directora ejecutiva de UNRWA España, Raquel Martí, en la que ha subrayado que esta situación “está impidiendo que las agencias humanitarias puedan acceder a las personas que ahora mismo lo necesitan.”
Pidió un alto el fuego o al menos “una pausa humanitaria” o “un corredor humanitario” para “poder llegar a las víctimas”, antes de recordar que hasta el momento han muerto 217 personas en el enclave, entre ellas 61 niños, mientras que más de 1.400 personas han resultado heridas.
Sin embargo, el Gobierno israelí aseguró que “ninguna persona, zona o barrio de Gaza es inmune”, en medio de un recrudecimiento de los combates. “Tenemos miles de objetivos que atacar y se están acumulando”, dijo el ministro de Defensa de Israel, en medio de los llamamientos internacionales a un alto el fuego.
Las hostilidades entre Israel y Hamás continuaron con el Estado hebreo bombardeando la Franja de Gaza con ataques aéreos y los milicianos palestinos reanudaron el lanzamiento de cohetes tras una breve pausa nocturna.
Funcionarios israelíes dijeron que mantendrían por el momento la ofensiva para destruir los centros de los grupos armados Hamás y Yihad Islámica, en medio de los llamamientos de Estados Unidos y otras potencias mundiales para que se ponga fin a la mayor escalada del conflicto en años.
La jornada también estuvo marcada por una huelga general de la población de los Territorios Palestinos. La huelga se convocó en Cisjordania, Jerusalén Este y en las ciudades árabes de Israel y también tenía como objetivo condenar las órdenes de desalojo de los palestinos del barrio de Shaykh Kharra y la represión de las protestas por parte de Israel, incluida la incursión de agentes israelíes en la mezquita de Al Aqsa. Las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad israelíes.