El nuevo borrador de acuerdo publicado este viernes en la COP26 ha generado reacciones encontradas: mientras algunos analistas valoran el mayor equilibrio entre las exigencias de reducción de emisiones y las propuestas de financiación a los países pobres, las ONG medioambientales lamentan que las referencias al fin de los hidrocarburos se hayan diluido en el nuevo texto.
El analista medioambiental Ed King señala que el nuevo borrador del texto, que sustituye a otro publicado el miércoles, “parece significativamente más equilibrado, con elementos más fuertes sobre los conceptos de adaptación, financiación y pérdidas y daños” del cambio climático, ofreciendo más esperanzas de apoyo a los países pobres que sufren sus consecuencias sin haberlo provocado.
El think tank E3G señaló que este segundo borrador contiene ambiciones más concretas sobre la reducción de emisiones y “un mejor equilibrio” entre las medidas de mitigación (lo que los países tienen que hacer para reducir sus emisiones de CO2) y la adaptación (el apoyo financiero a los países en desarrollo para que realicen los cambios necesarios).
En cuanto a la mitigación, el nuevo borrador pide a los gobiernos que “revisen y refuercen” sus objetivos de reducción de emisiones hasta 2030 antes de la COP27 de 2022 e insta a los que aún no han presentado sus estrategias nacionales a que lo hagan antes de 2030, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. También dice que la ONU revisará estos planes anualmente, con el fin de aumentar las probabilidades de cumplimiento.
El texto expresa su “gran decepción” por el hecho de que los países ricos no hayan cumplido el compromiso adquirido en 2009 de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para 2020 y les insta a aumentar esta contribución de aquí a 2025.
King celebra la formación de un grupo de trabajo para desarrollar el concepto de “daños y pérdidas” para analizar las subvenciones a los países sin recursos que tienen que pedir préstamos para recuperarse de las catástrofes naturales que han contribuido menos que las grandes economías a provocar.
Uno de los puntos más controvertidos del texto que los ministros de los 197 países que participan en esta cumbre del clima analizarán durante la jornada es el cambio de lenguaje en un párrafo referido a los hidrocarburos.
Donde el primer borrador pedía a los Estados “acelerar el fin del carbón y de los subsidios a los combustibles fósiles”, el nuevo se limita a pedir “acelerar la eliminación del carbón sin sistemas de captura de carbono” y de los “subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”.
El coportavoz del partido ecologista español EQUO y miembro de la delegación de Global Greens, Florent Marcellesi, dijo que, “como era de esperar”, el documento “ha sido debilitado por Arabia Saudí o Australia“, con la idea de que “hay combustibles fósiles buenos”. “Esto es una falacia, los mejores combustibles fósiles son los que se quedan bajo tierra”, dijo.
La directora de Greenpeace, Jennifer Morgan, lamentó que la referencia a los hidrocarburos “se haya debilitado críticamente”, aunque reconoció que “al menos sigue ahí” e instó a “reforzarla” antes de que finalice la cumbre.
Al igual que Oxfam y Amigos de la Tierra, Morgan ve “las huellas” de los países productores de petróleo en la maniobra para modificar el artículo sobre el carbón, el petróleo y el gas.
El responsable de Greenpeace admite que el nuevo borrador reconoce “mejor” las necesidades financieras de los países en desarrollo, pero denuncia “maniobras cínicas” para manipular las negociaciones sobre el mercado de compensaciones de carbono con el fin de favorecer a los países contaminantes.
Sara Shaw, de Amigos de la Tierra, advierte de que hay que evitar que el acuerdo final, que se distribuirá al final de la COP26, “contenga lagunas y zonas grises” que acaben socavando los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados este siglo, como se estableció en el Acuerdo de París de 2015.