El flujo de migrantes presente en la frontera de Estados Unidos, que enfrenta el estado de Texas, registró afluencia histórica de personas que intentan cruzar. A pesar de la política implementada por el presidente Joe Biden que garantiza un trato humano, el gobernador de Texas implementó una estrategia diferente.
En una conferencia de prensa, el gobernador del estado, Greg Abbott, presentó una nueva estrategia que las fuerzas policiales y la Guardia Nacional de Estados Unidos implementaron para frenar el flujo de migrantes.
Abbott señaló que esta estrategia denominada “Barrera de Acero” consistirá en diferentes recorridos de vehículos de la policía fronteriza para mitigar el fuego de los migrantes en la zona del Río Grande.
Durante su presentación, el gobernador republicano lanzó comentarios racistas hacia la comunidad latinoamericana que intenta llegar a territorio estadounidense, catalogando el flujo migratorio como el “mayor desastre migratorio de Estados Unidos”.
“Estoy seguro de que cuando escucharon al presidente Biden hablar de abrir las fronteras no tenían idea de que esto llevaría a un caos como el que estamos viviendo hoy”, comentó.
Por otro lado, atacó a la administración de Biden por permitir que cualquier individuo venga a Estados Unidos a rehacer su vida y “empezar a ganar dólares y enviar a sus hijos a las escuelas de Texas. Básicamente pueden volver a hacer su vida en Estados Unidos”.
Ante esta situación, el republicano alertó a la comunidad migrante señalando que:
“Si están pensando en venir y cruzar este río de Texas, pueden terminar con las manos esposadas, rumbo a la cárcel en lugar de disfrutar de su libertad”.
Finalmente, señaló que el estado de Texas no necesita el permiso de ningún tipo de autoridad para “proteger a su población de personas desconocidas”, pues aseguró que el paso de migrantes impulsa el tráfico de drogas vinculado a diferentes cárteles.
Según las cifras presentadas por el propio Greg Abbott, en el estado de Texas se han detenido un total de 1,1 millones de migrantes en la zona del Río Grande.
En la última semana unos 13.000 migrantes, en su mayoría haitianos, acamparon bajo el puente internacional de la ciudad de Del Río (Texas) a la espera de que las autoridades migratorias estadounidenses atendieran su solicitud de ingreso a Estados Unidos.
Con información de Reuters y EFE