La contrarreforma eléctrica impulsada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en crisis al Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL). El presupuesto apenas le alcanza para cubrir la nómina de sus 860 trabajadores hasta septiembre, a pesar de que desde 2020 ha ido reduciendo su nómina.
Eso no es todo. El instituto reporta adeudos con Hacienda por el pago del Impuesto Sobre la Renta de 14.1 millones de pesos. Y debe 53 millones de pesos por concepto de indemnizaciones a trabajadores que “salieron por motivos personales bajo convenio”, un eufemismo para decir que fueron despedidos. Además, el fideicomiso para el pago de los trabajadores jubilados sólo tiene 11 mil pesos.
“Ya no tenemos para pagar la nómina”, aseguró el director de Administración y Finanzas, José Antonio Meza Figueroa, en una reunión con trabajadores el 12 de julio, a cuyo audio tuvo acceso El Sol de México. El funcionario indicó que la situación en el INEEL es “difícil, débil y precaria”.
En la misma reunión, la directora del INEEL, Georgina Izquierdo Montalvo, afirmó que “la situación en el último trimestre se ve un poco difícil”. Este diario pidió la posición de la funcionaria sobre el diagnóstico presentado a los trabajadores y la situación de la institución, a lo que respondió: “Me reservo mi posición”.
La crisis en la dependencia se debe a que los recursos con los que contaba para impulsar la investigación y el desarrollo de proyectos para el sector energético privado, para Pemex y para la Secretaría de Energía (Sener) fueron devueltos a la Tesorería de la Federación, luego de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) canceló los fideicomisos destinados a tal fin.
De acuerdo con una auditoría de 2020, en la entidad existe “una grave crisis de liquidez”, pues “en los últimos tres ejercicios fiscales, la entidad ha mostrado una tendencia a la reducción de los ingresos propios generados por su gestión, que pasaron de 357 millones 851 mil 725 pesos en 2018 a 137 millones 279 mil 937 en 2020.”
La caída de los ingresos obtenidos por la venta de proyectos de investigación impidió la operación del instituto.
Izquierdo Montalvo explicó en una reunión con trabajadores, realizada la semana pasada en el auditorio de la institución, que esto es consecuencia de que no se han realizado más contratos o convenios de investigación con el instituto. “Estamos a la espera de un nuevo convenio y de obtener el visto bueno del señor (Manuel) Barttlet“, se le escucha decir en el audio.
Al movilizarse frente al INEEL, los investigadores despedidos aseguraron que un total de 160 trabajadores fueron expulsados con engaños y que firmaron acuerdos de jubilación o rescisión sin haber recibido su indemnización después de ocho o nueve meses.
Explicaron que tras la contrarreforma eléctrica se crearon varias trabas administrativas para seguir obteniendo recursos de Pemex y la CFE. “Son procesos largos y tediosos, la revisión de las propuestas tarda hasta nueve meses y no han sido aprobadas, por lo que la falta de dinero lleva al instituto a la quiebra, crisis por la que, en respuesta, el director y la secretaria (Rocío) Nahle han promovido el desmantelamiento del área de investigación. Se están quedando sólo con el cascarón”, denunció el investigador Norberto Pérez Rodríguez.
Otros trabajadores, que pidieron el anonimato ante la posibilidad de represalias porque aceptaron el acuerdo de reducir sus salarios hasta en 50 por ciento, acusaron que la CFE exige al instituto tener solvencia económica como respaldo para asignarles un proyecto, lo que el INEEL no tiene.
El INEEL tiene sus antecedentes en el Instituto de Investigaciones Eléctricas, creado por decreto presidencial el 1 de diciembre de 1975, en pleno auge petrolero y energético del país.
El 24 de diciembre de 2015, con la reforma energética de Enrique Peña Nieto, se le cambió el nombre y se le dio un papel protagónico para brindar apoyo técnico y científico a la Sener para “formular, conducir y evaluar la política nacional en materia de energía eléctrica en general y de energías limpias en particular.”
Sus principales objetivos son “la investigación, la innovación aplicada, el desarrollo tecnológico, la ingeniería y los servicios técnicos especializados en áreas como eficiencia energética, planeación y expansión del sistema eléctrico nacional, confiabilidad, seguridad, simulación, energías renovables, automatización y nuevas tecnologías de la información”.
Con la reforma del presidente López Obrador, sus proyectos de participación prioritaria se redujeron cada año.