Al menos 135 personas han muerto por las devastadoras inundaciones en el oeste de Alemania, que han llevado la emergencia climática a la realidad, tema prioritario ahora en la campaña para las elecciones generales que marcarán la despedida de la “era Angela Merkel”.
Se espera que la canciller alemana acuda a la región afectada el domingo, de regreso de un viaje oficial a Estados Unidos en el que la catástrofe la pilló desprevenida y la obligó a una virtual gestión de crisis. Desde allí ha estado “en continuo contacto” con las autoridades regionales y su equipo de gobierno, explicaron fuentes gubernamentales.
Los dos estados federados afectados son Renania-Palatinado -donde ya se han confirmado unas 90 muertes- y Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país y donde se han registrado el resto de las víctimas hasta el momento.
La atención se ha centrado en este último “Land“, cuyo Primer Ministro, Armin Laschet, es al mismo tiempo el candidato del bloque conservador a suceder a la Canciller.
El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier -socialdemócrata, aunque suspendió formalmente su militancia cuando asumió el cargo- ha viajado hoy a su estado y ayer viernes, en una declaración institucional, llamó a la unidad nacional, a la solidaridad y a acelerar la lucha contra la crisis climática.
Hoy ha repetido este mensaje desde Erftstadt, uno de los distritos más afectados por el temporal que ha afectado a esa zona del país y a la vecina Bélgica. Laschet, por su parte, insistió en que su “Land” tiene uno de los programas medioambientales más ambiciosos del país, frente a las críticas de Verdes y ecologistas que le acusan de hacer concesiones a los consorcios energéticos.
La devastación causada por unas inundaciones de “dimensiones históricas”, en palabras de Laschet, comenzó a revelarse el jueves, una jornada que se saldó con 50 muertos confirmados. Se teme que el balance final sea aún mayor, dada la enorme destrucción causada por las inundaciones y los desprendimientos.
En la ciudad de Heinberg, cerca de la frontera con Holanda, cientos de personas tuvieron que ser evacuadas anoche tras la rotura de una presa.
En otras localidades afectadas se han iniciado los trabajos de desescombro. Se avanza entre el temor a lo que pueda surgir bajo las montañas de tierra, casas destruidas y todo tipo de enseres, y la esperanza de las previsiones meteorológicas, ya que no se esperan más lluvias importantes para este fin de semana.
También se está tratando de restablecer los servicios básicos. Unos 100.000 habitantes siguen sin suministro eléctrico, el tráfico ferroviario sigue gravemente afectado o cortado, así como algunas carreteras.
Los mayores daños han sido causados por el desbordamiento de los afluentes del Rin, el Mosela y otros grandes ríos de la región, incapaces de absorber el volumen de agua.
El distrito más afectado es el de Ahrweiler, cerca de la ciudad de Coblenza. Se trata de la cuenca del Ahr, un afluente del Rin y uno de los puntos calientes de las inundaciones.
Está previsto que el Consejo de Ministros debata el día 21 un paquete especial que incluye tanto ayudas directas a los afectados como la reconstrucción de las infraestructuras arruinadas en la región.
El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, candidato socialdemócrata a la cancillería y vicecanciller de la gran coalición de Merkel, está desempeñando un papel importante en este sentido.
El ministro de Finanzas ha estado omnipresente en las zonas afectadas en los últimos días y ya ha declarado que no se escatimarán recursos.
Hasta ahora no hay ni siquiera una evaluación aproximada de la magnitud de los daños. En las inundaciones de 2013, menos dramáticas pero que afectaron a ocho de los 16 “Länder” del país, el Ejecutivo aprobó un paquete especial de 8.000 millones de euros.
Existe un consenso generalizado sobre la necesidad de acelerar la lucha contra la emergencia climática, caballo de batalla prioritario y esencia programática de los Verdes, segundos en intención de voto -por detrás de los conservadores de Laschet- de cara a las elecciones generales.
Annalena Baerbock, candidata de Los Verdes a la Cancillería, también ha viajado a las regiones inundadas y ha recordado que sus advertencias sobre la emergencia climática no surgen de repente como consecuencia de la inminencia de la tragedia.
Laschet, que tuvo una gestión errática en los peores momentos de la pandemia, en contra de la línea de prudencia de Merkel, tiene ante sí una nueva oportunidad en su condición de líder del “Land” y sucesor “natural” de Merkel.
Scholz, por su parte, podría despegar por fin en las encuestas, que hasta ahora le han relegado al tercer puesto, por detrás de los Verdes.