El Papa Francisco, de 84 años, “se encuentra en buen estado general, consciente y respirando por sí mismo”, tras la operación a la que fue sometido este domingo por un problema de colon en el Policlínico Gemelli de Roma, donde se espera que permanezca toda la semana.
El pontífice se recupera en el hospital romano de la operación “por una estenosis diverticular”, una dolencia de colon que afecta sobre todo a personas mayores y que había sido programada con antelación, aunque no se conocía públicamente y su anuncio este domingo causó una enorme sorpresa.
“Su Santidad el Papa Francisco se encuentra en buen estado general, consciente y respirando por sí mismo”, dijo el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, en un comunicado difundido por la Santa Sede a mediodía, en el primer boletín médico sobre el estado de salud del pontífice emitido hoy.
Bruni explicó que “la intervención quirúrgica por estenosis diverticular realizada en la noche del 4 de julio consistió en una hemicolectomía izquierda y duró aproximadamente 3 horas.”
Según los expertos en aparato digestivo, el objetivo de este tipo de operaciones es reducir los problemas que causan los divertículos, pequeñas hernias en la pared del colon con un amplio espectro de síntomas clínicos que incluyen hemorragias, inflamaciones (diverticulitis) o complicaciones asociadas.
“Se espera una estancia en el hospital de aproximadamente siete días, salvo complicaciones”, añadió el portavoz del Vaticano.
Aunque han trascendido pocos detalles sobre la estancia de Jorge Bergoglio en el Gemelli, fuentes hospitalarias, citadas por medios locales, aseguran que está acompañado por dos enfermeras de confianza del Vaticano, así como por personal de la Gendarmería Vaticana y un oficial de seguridad, junto con la policía italiana.
Además, ha sido instalado en la décima planta del Policlínico Universitario, conocido como “Vaticano 3″, ya que allí han sido atendidos otros pontífices, como Juan Pablo II cuando fue herido en un atentado, mientras decenas de periodistas, cámaras y fotógrafos se agolpan a las puertas del centro médico para seguir la evolución del estado de salud del pontífice.
Su llegada al hospital, en torno a las 13.00 horas (11.00) del domingo, tras el rezo del Ángelus dominical, cuando anunció su próximo viaje en septiembre a Hungría y Eslovaquia, pasó totalmente desapercibida para el personal médico, ya que sólo le acompañaba un chófer y uno de sus colaboradores más cercanos, según las mismas fuentes.
La revelación, dos horas después, de que había sido hospitalizado para ser operado causó sorpresa, ya que no se sabía que Francisco tuviera que someterse a una operación, que evidentemente estaba prevista para los primeros días de julio porque es el mes en el que el Papa reduce al máximo sus actos para descansar y sólo mantiene su presencia en el Ángelus.
Tras horas de espera, a medianoche, el propio Bruni anunció que Francisco había “reaccionado bien” y que se le había administrado anestesia general, sin dar más detalles, salvo que la operación había sido realizada por el doctor Sergio Alfieri, jefe del departamento de digestivo del Gemelli, acompañado por un equipo de otros ocho médicos.
La salud del Papa ha suscitado preocupación en todo el mundo, pero también numerosos mensajes de solidaridad, desde el del imán Ahmed al Tayeb, jeque de la mezquita de Al Azhar, la institución más importante del islam suní, que desea a su “querido hermano” una pronta recuperación, hasta el de la comunidad judía de Roma.
Entre los jefes de Estado, destacan los mensajes de ánimo de los presidentes de Nigeria, Chile y Venezuela.
“Enviamos nuestros buenos deseos al Papa Francisco, tras su reciente operación. Pedimos las bendiciones de Dios y su plena recuperación, a su lado le acompaña nuestro Beato Dr. José Gregorio Hernández. Salud plena al Papa!“, dijo el presidente venezolano Nicolás Maduro en su cuenta de Twitter.