El papa Francisco lamentó este domingo la “terrible explosión de violencia” que se desató esta semana en una cárcel de Guayaquil (Ecuador) y que dejó al menos 118 muertos desde que comenzaron los enfrentamientos el martes.
“Me ha entristecido mucho lo que ha sucedido en los últimos días en la cárcel de Guayaquil, en Ecuador“, comentó el sumo sacerdote tras el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro.
“Que Dios nos ayude a curar las heridas de la delincuencia, que esclaviza a los más pobres, y ayude a quienes trabajan cada día para hacer más humana la vida en las cárceles”, concluyó.
Entre el martes y el jueves se produjeron violentos enfrentamientos en la cárcel de Guayaquil entre grupos criminales vinculados al narcotráfico. Unas 118 personas perdieron la vida y 86 resultaron heridas.
En los últimos seis años, la población carcelaria de Ecuador aumentó un 30%, mientras que el presupuesto para las prisiones se redujo de 150 a 90 millones de dólares. Además, los 65 centros penitenciarios del país están saturados en un 30%.
Para mitigar esta situación, el gobierno planea construir más infraestructura penitenciaria, conceder indultos a unos 2.000 reclusos mayores de 65 años y con enfermedades o discapacidades, y repatriar a los extranjeros con condenas para que las cumplan en sus países de origen.
Un 10% del total de la población penitenciaria es extranjera, en su mayoría colombianos y venezolanos.