En la madrugada del domingo (hora local), el primer ministro de Irak, Mustafá al Kazimi, resultó ileso tras un “intento de asesinato” con un dron explosivo en su residencia de Bagdad, que en los últimos días fue escenario de disturbios entre las fuerzas de seguridad y grupos proiraníes.
El ataque, condenado por Estados Unidos como un “aparente acto de terrorismo”, es el primero contra la residencia del presidente desde que asumió el poder en 2020, y se produce en un momento de tensión política en el país tras las elecciones legislativas del 10 de octubre.
Según un comunicado de la oficina del primer ministro, “un dron explosivo intentó atacar la residencia” de Kazimi, que “no resultó herido” en este “intento fallido de asesinato”.
Poco antes, dos fuentes de seguridad habían informado a la AFP de que “un cohete” alcanzó la residencia del dirigente en la Zona Verde, un perímetro ultraprotegido situado en el centro de la capital que alberga la embajada de Estados Unidos y otros edificios gubernamentales.
El ataque no fue inmediatamente reivindicado y se desconoce por el momento si causó víctimas o el alcance de los daños materiales.
“Estoy bien, gracias a Dios, y hago un llamamiento a la calma y a la contención por parte de todos por el bien de Irak“, escribió Kazimi en Twitter.
“Nos alivia saber que el primer ministro resultó ileso. Este aparente acto de terrorismo, que condenamos enérgicamente, tuvo como objetivo el corazón del Estado iraquí“, dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, en un comunicado.
“Estamos en estrecho contacto con las fuerzas de seguridad iraquíes encargadas de defender la soberanía y la independencia de Irak, y hemos ofrecido nuestra ayuda en la investigación”, añadió.
Tras el suceso, las fuerzas de seguridad se desplegaron dentro y alrededor de ese perímetro protegido, dijo una fuente de seguridad.
Los ataques con cohetes contra la Zona Verde son recurrentes. El domingo pasado, tres cohetes explotaron en Mansour, un barrio contiguo, sin causar heridos.
El ataque contra Kazimi se produce en un momento de tensión en Irak tras las elecciones legislativas del 10 de octubre y en medio de las negociaciones entre partidos para la formación de un gobierno.
La influyente coalición Hashd al Shaabi disputa con vehemencia los resultados de esta votación, en la que su ala política Alianza de la Conquista perdió numerosos escaños en el Parlamento, según los resultados preliminares.
El viernes se produjeron enfrentamientos entre cientos de manifestantes proiraníes y las fuerzas de seguridad cerca de la Zona Verde. Según una fuente de seguridad, un manifestante murió, mientras que una fuente de Hashd al Shaabi habla de “dos muertos”.
Los partidarios de esta coalición de antiguos grupos paramilitares, ahora integrados en el Estado, han iniciado sentadas de protesta en las dos entradas de la Zona Verde.
Los dirigentes del Hashd califican las elecciones de “fraude” y “estafa”.
El viernes, Qais al Khazali, líder de uno de los principales grupos que componen el Hashd (Asaib Ahl al Haq), advirtió de “cualquier intento de actores vinculados a los servicios de inteligencia de bombardear la Zona Verde y luego acusar a las facciones de la resistencia”, nombre que reciben los proiraníes, fuertemente opuestos a Estados Unidos.
Algunos iraquíes ven en el Hashd la mano de Irán en su país y acusan a este movimiento de los asesinatos y secuestros de militantes disidentes que protestaron en octubre de 2019.
A pesar de su desplome electoral, esta coalición seguirá siendo una fuerza influyente en el Parlamento gracias a las alianzas con otros grupos y a la contratación de diputados independientes.
Los resultados preliminares apuntan al líder chií Moqtada Sadr como ganador de las elecciones, cuya corriente obtuvo más de 70 escaños de los 329 de la cámara.
Los resultados definitivos de la votación deberían publicarse dentro de unas semanas.