Estados Unidos ha levantado este lunes las restricciones a los viajes de los turistas en los aeropuertos y las fronteras terrestres, una medida que ha estado en vigor durante 19 meses para los “viajes no esenciales” y que ha devuelto a los aeropuertos su habitual bullicio, sin retrasos ni grandes incidentes.
Desde hoy, los turistas pueden entrar en el país con una prueba de vacunación más un test de PCR negativo, una medida que la equipara a la que aplican la mayoría de los países a sus visitantes y que había sido demandada por el sector turístico.
American Airlines, la mayor aerolínea de Estados Unidos y del mundo, tiene programados a día de hoy más de 150 vuelos internacionales, 20 de ellos transatlánticos, y el resto del mes operará más de 200 vuelos diarios en otras tantas rutas, que se elevarán a 300 diarios a principios de 2022, según datos de la compañía.
A modo de ejemplo, los vuelos de American y de sus socios de la alianza One World (que incluye a Iberia y British Airways) se han triplicado desde España esta semana y se han multiplicado por seis desde el Reino Unido.
Las terminales de llegadas del principal aeropuerto de Nueva York, el John F. Kennedy (JFK), volvieron a bullir el lunes con la llegada de un buen número de viajeros, ya sea por turismo o por una reunión familiar.
“Por fin, llevamos meses y meses esperando”, dijo a Efe Sarab Alasadi, una dentista de París que llegó a la Terminal 1 de Nueva York en uno de los primeros vuelos disponibles desde su país y que llevaba más de dos años sin ver a su hermana.
A pesar del volumen de viajeros, Alsadi asegura que no experimentó grandes retrasos a su llegada a Nueva York, donde no se le exigió una prueba de vacunación: “Todo me lo pidieron a la salida de París, no a la llegada. Aquí fue todo muy rápido”, dice la parisina.
Al igual que Kim, una joven que vino a visitar a su pareja, a la que no ve desde hace meses: “Todo fue muy bien en el viaje. El vuelo iba muy lleno, pero a la llegada no hubo ningún problema”.
Los hoteles también se han beneficiado inmediatamente de la apertura de fronteras. Bernardo Naval, director del hotel RIU Plaza en la simbólica Times Square de Nueva York, dijo a Efe que ha notado un gran repunte en las reservas procedentes de países europeos.
“Muchos que tenían reservas para más adelante han llamado para adelantar su fecha de llegada. Hay muchas ganas de salir y cruzar el charco”, dice Naval, quien subraya, sin embargo, que sólo a partir del 1 de enero se empezará a notar con fuerza el turismo europeo.
En el Gran Miami, como se conoce a una amplia zona que incluye parte de dos condados vecinos, Broward y Palm Beach, el turismo es el gran generador de empleo.
“Estamos muy orgullosos de estar de vuelta en Miami, muy contentos de estar de vuelta. Estamos aquí para quedarnos”, dijo a los medios en el aeropuerto de Miami el capitán Thomas Jahn, que llegó esta tarde en un vuelo de Lufthansa procedente de Múnich con 293 pasajeros.
Añadió que han sido casi “20 meses sin una conexión normal, como si alguien hubiera pulsado el botón de stop”.
“La gente quiere volar”, apostrofó Jahn.
En 2020, el Gran Miami acogió a 11,6 millones de visitantes, de los cuales 7,9 millones se quedaron al menos una noche, un 52% menos que en 2019.
Greg Chin, director de comunicaciones del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), dijo a Efe que para hoy esperan 5.000 pasajeros más que el lunes pasado, en su mayoría europeos.
Hasta el pasado 31 de agosto, último mes del que se dispone de datos oficiales, habían pasado por el MIA 7,73 millones de pasajeros, lo que supone un aumento del 43,94% respecto al mismo periodo de 2020.
Solo en agosto llegaron 1,29 millones, lo que supone un 552,3% más que en agosto de 2020, cuando Florida vivió una de las peores fases de incidencia del covid-19, con casos y muertes disparadas.
Según la Asociación de Viajes de Estados Unidos, el cierre de las fronteras a causa del coronavirus ha supuesto la pérdida de 300.000 millones de dólares en ingresos por exportación, así como la pérdida de más de un millón de puestos de trabajo relacionados con la industria de los viajes y el turismo.
Estados Unidos es el tercer país más visitado del mundo en número de viajeros (76 millones en 2019, por detrás de Francia y España), pero es el primero en ingresos de divisas por turismo, con 214.000 millones de dólares en 2019, con un gran desfase respecto a los siguientes, según cifras de la Organización Mundial del Turismo.
El cierre aéreo de Estados Unidos afectó a 33 países -entre los que se encuentran los 26 del espacio Schengen y mercados tan lucrativos como China, India y Brasil-, que suponen sólo el 17% de los países del mundo, pero representan el 53% de todos los visitantes de Estados Unidos.
Además, la apertura de la frontera terrestre con los dos vecinos del norte (Canadá) y del sur (México), los dos principales mercados turísticos de Estados Unidos, supondrá un importante alivio para este mercado.