El vertido de petróleo en el sur de California, resultante de la fuga de unos 3.000 barriles de petróleo o 570.000 litros de una plataforma marina frente a la costa de Huntington Beach, cerca de Los Ángeles, es uno de los peores desastres a los que se ha enfrentado la zona “en décadas”, dijo el domingo la alcaldesa de la localidad, Kim Carr.
“Este vertido de petróleo es una de las situaciones más devastadoras a las que se ha enfrentado nuestra comunidad en décadas”, dijo Carr en una rueda de prensa.
La alcaldesa admitió que es probable que los 3.000 barriles comunicados oficialmente sean una subestimación, ya que esa es la cifra ofrecida ayer por la empresa responsable del vertido, y se cree que no se ha detenido por completo.
“Desgraciadamente, como resultado del vertido, estamos empezando a ver peces y pájaros cubiertos de crudo que llegan a nuestras costas”, añadió Carr, que confirmó que Beta Offshore, una división de Amplify Energy, con sede en Houston, es la responsable de la fuga.
La portavoz de los guardacostas estadounidenses en la zona de Los Ángeles y Long Beach, Rebeca Ore, dijo en otra comparecencia ante los medios de comunicación que la marea negra está siendo vigilada de cerca tanto por los aviones que sobrevuelan la zona como por el personal en tierra, y señaló que se están organizando las labores de limpieza.
Las autoridades de la región también insistieron en que el público no debe acudir a las zonas afectadas por el riesgo de inhalar humos tóxicos, y ordenaron el cierre de Huntington Beach.
Por su parte, el director general de Amplify Energy, Martyn Willshare, confirmó a la prensa que la empresa tuvo conocimiento de la fuga el sábado por la mañana en la plataforma marítima de Elly, y señaló que no espera que el número de barriles derramados aumente, ya que los 3.000 comunicados son la capacidad total del oleoducto, que ya ha sido cerrado.
No obstante, admitió que aún no se sabe dónde se produjo exactamente la fuga, por lo que han desplegado buzos en la zona para determinar el “motivo del incidente”.
“Estamos totalmente comprometidos a estar aquí hasta que este incidente haya llegado a su fin. Estamos trabajando con la Guardia Costera de California, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre y numerosas agencias estatales y comunidades locales”, dijo Willshare.
También precisó que las instalaciones petrolíferas datan de finales de los años 70 y principios de los 80, y que fueron adquiridas por su empresa hace 9 años, desde entonces han realizado un “meticuloso” trabajo de mantenimiento.