Las grandes tragedias son siempre íntimas, aunque impliquen a muchas personas. Con casi 300 mil muertos en dos años, la tristeza y el dolor por la pérdida que dejó la pandemia del coronavirus nos toca de manera particular, uno por uno, para formar un sentimiento colectivo.
En esta fecha tan especial para los mexicanos, presentamos algunas historias sobre cómo seguimos adelante y mantenemos ese sentimiento especial… por los que ya no están.
En fechas significativas como el Día de Muertos, lo que más recordamos de los ausentes son los pequeños detalles. Renzo Ramírez era lector de libros sobre la Segunda Guerra Mundial, aficionado a las maquetas de tanques y coleccionaba figuras de acción de Juego de Tronos, The Walking Dead y superhéroes.
También solía llevar los colores de Estados Unidos bajo su bata de médico del Seguro Social, que usó durante varios años antes de convertirse en el primer residente de Zacatecas en enfermar y morir de Covid-19.
Su esposa, Sandra Yazmín, lo recuerda como “la mejor persona que pude haber conocido (…) Lo extraño mucho y daría lo que fuera para que nuestra hija tuviera la oportunidad de crecer al lado del ser humano que fue su padre”; por ello, este 2 de noviembre habrá en su memoria gorditas de yesca con queso y unos tacos de tripa, su comida favorita.
Texto y fotos: Raúl García | El Sol de Zacatecas
Ante la intempestiva partida de su sobrino, un hombre joven, alegre, sin vicios y al que le gustaba bailar, la actriz y directora de teatro de Xalapa, Ana Iris Nolasco Mijares, siente una profunda pena, pero también rabia por todas las personas que no se cuidan y que terminan provocando la muerte de quienes sí se cuidan.
Considera que los mexicanos “somos muy cariñosos, muy afectuosos, lo que la pandemia vino a terminar”, aunque aunque muchos guardan su distancia física, también hay personas irrespetuosas que se acercan demasiado, que no usan cubrebocas, ni respetan las reglas de sanidad, y por culpa de la gente que no se cuida, se van otros que no debían.
“Las personas que quieres, que echas de menos, siempre están contigo, siempre están vivas”, sin embargo, afirma, eso no quita la tristeza por todas esas charlas que quedaron inconclusas.
Celia Gayosso/ Diario De Xalapa Foto: David Bello/ Diario De Xalapa
A sus 66 años, don Panchito era escéptico de la existencia del coronavirus, por lo que se negaba a usar mascarilla, a menos que lo obligaran a entrar a una tienda. Sorpresivamente, uno de sus hermanos se enfermó y murió de Covid-19; poco después, otro de sus hermanos también se contagió y decidió ir a cuidar a su familiar.
El 4 de octubre de 2020, celebró su cumpleaños rodeado de toda su familia y, sin pensar en ningún riesgo, llegó a dar un mordisco a la tarta y los invitados comieron de ella. Pocos días después, comenzaron las complicaciones de la enfermedad.
En su casa del puerto de Veracruz, su familia lo recuerda en todo momento. “Mi papá era un poco gruñón, pero siempre fue bueno, lo extrañamos mucho pero su esencia sigue aquí en la casa, siempre salía a las 12 del día, a hacer lo que fuera y justo a esa hora sientes que alguien se va, escuchas ruidos en la puerta, otra cosa que hacía era que en la noche salía a la calle, no al patio ni a la vereda, era a la calle donde fumaba su cigarrillo y mientras estamos en la casa desde afuera se mete un olor a cigarrillo, es mi papá”, dice su hija Blanquita.
Ingrid Ruiz / Diario de Xalapa. Foto Raúl Solís / Diario de Xalapa.
A poco más de un año de su partida, el médico de urgencias del hospital del IMSS de Orizaba y ex alcalde de Río Blanco, Veracruz, Raúl Vera Aguilar sigue vivo en su familia, amigos y comunidad.
En estos días difíciles para todos, sus hijos lo recuerdan a él y a sus enseñanzas. “Aquellas mañanas de fin de semana en las que compartíamos paseos por los cerros de Río Blanco y Nogales, mi padre era muy aficionado a enseñarnos a través de cuentos o canciones. Una de sus favoritas era un poema de Rudyard Kipling que, musicado marcialmente, y que aprendió en sus días en la Escuela de Medicina Militar, nos ayudaba a llegar al final del camino”, detalla y recita su hijo:
Cuando las cosas van mal / como a veces suelen ir / cuando tu camino ofrece / sólo cuestas que subir / cuando tienes poco que tener / y mucho que pagar / debes sonreír, / aunque tengas que llorar / cuando el dolor ya te abruma / y ya no puedes subir / descansa quizás debes, / pero nunca te rindas.
Mayra Figueiras / El Sol de Orizaba Fotos cortesía de la familia Vera
En la casa de la familia Mendoza Romero, en Xalapa, se ha establecido una nueva tradición, ahora, cada 3 de noviembre, toda la familia se reúne para comer caldo de camarón, el platillo que don Víctor Manuel Mendoza Chávez pidió unos días antes, pero que ya no pudo comer; su platillo estará en la mesa porque ese día todavía estará aquí, de visita.
Sus hijos lo recuerdan como un hombre trabajador que nunca fue