KABUL. Estados Unidos entregó la base aérea de Bagram, su principal instalación militar en Afganistán, a las fuerzas afganas, un paso crucial en la fase final de la retirada de las fuerzas internacionales mientras la violencia en el país se intensifica.
La base fortificada de Bagram, símbolo del poder militar estadounidense en Afganistán desde el inicio de la invasión militar en 2001, ha sido clave en la estrategia de Washington durante dos décadas de conflicto como centro de los ataques aéreos contra los talibanes.
Estados Unidos espera completar la retirada de sus tropas de Afganistán a finales de agosto, según las autoridades. Tras 20 años de guerra, el presidente estadounidense Joe Biden había fijado el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada definitiva de las pocas tropas que quedan sobre el terreno.
La noticia del viernes de que las tropas estadounidenses habían abandonado la base aérea de Bagram alimentó las expectativas de que la retirada se completara en pocos días, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que esto ocurriría “a finales de agosto”.
“Estamos exactamente en el plazo previsto”, subrayó Biden en una rueda de prensa.
Según lo previsto, las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN entregarían a Afganistán todo el equipo militar “transferible” y las instalaciones antes de la evacuación de sus soldados del país, que comenzó el 1 de mayo.
Las fuerzas estadounidenses y de la OTAN han ido entregando paulatinamente todas sus bases en el país, conservando para el final sus principales fortalezas, la base de Bagram, entregada hoy, y, aún pendiente, la de Kabul, que ha servido hasta ahora como base de la OTAN.
Biden afirmó que el gobierno afgano tiene la capacidad de sostenerse tras la salida de los soldados estadounidenses de su territorio y a pesar de la amenaza de los talibanes.
Sin embargo, expresó su preocupación por el hecho de que las autoridades afganas tengan que hacer frente a una serie de problemas internos. Los talibanes “acogieron con satisfacción” la salida de Estados Unidos y calificaron la medida como “un buen paso” para la paz en el país.
Desde principios de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas importantes en zonas rurales, mientras que las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en zonas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.