Las autoridades federales, estatales y locales se preparan estos días para afrontar una posible ola de protestas o manifestaciones en el país una vez se conozca el veredicto en el juicio contra el ex policía Derek Chauvin por la muerte del afroamericano George Floyd en Minneapolis en mayo de 2020.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó este lunes en rueda de prensa que el Gobierno federal está en contacto con los alcaldes de las principales ciudades y gobernadores para abordar lo que puede ocurrir una vez que se conozca el fallo.
El objetivo, dijo Psaki, es garantizar que haya espacio para las protestas pacíficas.
“Este país ha pasado por un largo período, en particular para la comunidad negra, de dolor y agotamiento”, no sólo por este juicio sino también por la “violencia adicional” de las últimas semanas, dijo la portavoz del presidente, Joe Biden.
No quiso adelantar ninguna opinión sobre lo que pueda dictaminar el jurado y señaló que cuando esto ocurra el propio presidente dará su valoración.
Donde más se nota la seguridad es en Minneapolis, que se ha convertido estos días en una ciudad sitiada, con una alta presencia policial y militar.
La tensión a las puertas del tribunal se palpa en las calles con la presencia de miles de soldados de la Guardia Nacional de Estados Unidos y otras fuerzas de seguridad.
Tras los alegatos finales, que aún están en curso, los miembros del jurado tendrán que decidir si Chauvin es o no culpable de los tres cargos a los que se enfrenta: asesinato en segundo grado, castigado con hasta 40 años de prisión; asesinato en tercer grado, con una pena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que conlleva hasta 10 años de prisión.
Sin embargo, como no tiene antecedentes penales, sólo podría ser condenado a un máximo de 12,5 años de prisión por los dos primeros cargos y a 4 años de prisión por el tercero.