TOKIO – El Gobierno de Japón ha anunciado que se prepara para declarar este viernes un nuevo estado de emergencia sanitaria en Tokio y otras tres regiones, debido al preocupante aumento de las infecciones por coronavirus.
Se espera que esta medida excepcional se adopte oficialmente este viernes durante una reunión del grupo de trabajo sobre pandemias del Ejecutivo, el mismo día en que se cumple la cuenta atrás de tres meses para los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebrarán en la capital japonesa este verano.
El estado de emergencia, que se aplicará así por tercera vez en Japón desde el inicio de la pandemia, conllevará nuevas restricciones a la actividad de negocios como bares y restaurantes, entre otras medidas, y coincidirá con el periodo vacacional en Japón conocido como “Semana Dorada” a principios de mayo.
Las autoridades japonesas vuelven a recurrir a esta herramienta legislativa que les otorga poderes extraordinarios debido a la cuarta ola de contagios que afecta a Japón en las últimas semanas, y que después del jueves superó los 5.000 casos diarios en todo el país, niveles no vistos desde finales de enero.
El estado de emergencia afectará a las prefecturas de Tokio, Osaka, Hyogo y Kioto, que se encuentran entre las más pobladas del país, y se espera que se declare inicialmente entre el 25 de este mes y el próximo 11 de mayo.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, aseguró que las medidas de contención del virus que se han aplicado hasta ahora “no son suficientes”, y subrayó la necesidad de “acciones más contundentes”, en declaraciones a los medios.
Tokio, al igual que otras regiones japonesas, ya está aplicando restricciones como la reducción del horario de apertura de bares y restaurantes, y a partir de ahora podría solicitar el cierre temporal de estos negocios, así como de instalaciones como centros comerciales y parques de atracciones, según los medios locales.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, afirmó el jueves que la declaración de un nuevo estado de emergencia no alterará los planes para organizar los Juegos Olímpicos de este verano de forma “segura”, ante las continuas dudas sobre la celebración del evento en medio de la pandemia.