La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llegó este viernes a la ciudad de El Paso (Texas), en la frontera con México, para evaluar los “efectos” de la migración irregular, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.
En su primera visita a la zona fronteriza como vicepresidenta, Harris acudió a un centro de detención de inmigrantes de la Patrulla Fronteriza, donde tenía previsto reunirse con algunos de los indocumentados que allí se encuentran antes de entrevistarse con activistas, abogados y varias ONG.
“Estoy feliz de estar aquí. Siempre fue mi plan venir aquí, y creo que vamos a tener un día bueno y productivo”, dijo Harris a los periodistas fuera del centro.
Preguntada por qué le parecía importante visitar la frontera ahora, la vicepresidenta recordó que ya había estado en la zona fronteriza “muchas veces”, en la parte de California, estado al que representó en el Senado durante cuatro años.
Dijo que su visita de hace dos semanas a México y Guatemala se centró en “atender las causas” que generan la migración irregular, mientras que su viaje a la frontera tiene como objetivo “mirar los efectos de lo que hemos visto que ocurre en Centroamérica.”
“La realidad es que tenemos que lidiar con las causas y tenemos que lidiar con los efectos”, añadió.
La instalación que visitó Harris, conocida como Centro de Procesamiento Central (CPC), tiene más de 9.000 metros cuadrados donde se detiene a los inmigrantes que acaban de cruzar la frontera de forma irregular antes de ser trasladados a otros centros.
Al término de la visita, Harris se reunirá con activistas, abogados y varias ONG que ayudan a los inmigrantes, informó el jueves su oficina.
Además, al final del viaje, la vicepresidenta comparecerá ante la prensa junto con el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, así como con el senador Dick Durbin y la congresista Verónica Escobar, dos de los demócratas más activos en el Congreso en materia de inmigración.
La visita de Harris a la frontera se produce después de recibir numerosas críticas de la oposición republicana por no haber viajado a la zona fronteriza, y unos días antes de que el expresidente Donald Trump (2017-2021) también viaje a la frontera acompañado del gobernador de Texas, Greg Abbott.