La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el ambicioso plan de gasto social del presidente de ese país, Joe Biden, que contempla una reforma migratoria pero que presentó sesgos a la propuesta original.
Aprobado con 220 votos a favor y 213 en contra, el nuevo proyecto de ley descartó el plan original de otorgar la ciudadanía a 11 millones de personas, sin embargo, se dará una exención que permitirá a los migrantes que llegaron antes de 2011 permanecer cinco años más en territorio estadounidense, con la posibilidad de extender el periodo por otros cinco años.
Por otro lado, la reforma ofrecerá certificados migratorios de vía rápida con un coste de cinco mil dólares para cerca de un millón de trabajadores extranjeros que tengan trabajos temporales en Estados Unidos. Estos certificados, conocidos como Green Cards, les permitirán trabajar permanentemente en el país y les darán derecho a votar en las elecciones locales tras cinco años de estancia. De este modo, el plan ayudará a cerca de siete millones de personas legales a obtener permisos de trabajo. También se aportarán recursos por valor de 100.000 millones de dólares al sistema de justicia estadounidense para agilizar los procedimientos de inmigración en los tribunales.
Hay que tener en cuenta que la emisión de tarjetas verdes abrirá las puertas a los licenciados extranjeros para que trabajen en EE.UU., otra medida polémica que se considera que quita puestos de trabajo a los jóvenes universitarios estadounidenses.
La reforma contempla que los migrantes de bajos ingresos podrán comprar el derecho a acceder al mercado de vivienda, escolar y laboral, pagando un permiso de 2.500 dólares por familia.
Esta reforma específica es impopular dentro de Estados Unidos, ya que se considera una iniciativa que reduce las oportunidades de trabajo para los estadounidenses, y la Oficina de Presupuesto del Congreso detalló que las nuevas exenciones para los migrantes costarán a los contribuyentes al menos 121.700 millones de dólares en 10 años.
La iniciativa pasa ahora al Senado, donde se enfrenta a un futuro incierto dada la estrecha mayoría de los demócratas en la Cámara Alta. El paquete social, bautizado como “Reconstruir mejor“, está valorado en 1,75 billones de dólares y tiene como objetivo ampliar los programas sociales para niños y ancianos en Estados Unidos.
La aprobación del paquete de reformas, que incluye la reforma migratoria, tuvo lugar en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte, a la que asistieron los presidentes de México, Canadá y Estados Unidos. El Presidente de México pidió a sus homólogos norteamericanos que dejen de “rechazar a los migrantes”, ya que son necesarios para el crecimiento económico de la región.
“¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir el flujo migratorio de manera ordenada?”, dijo López Obrador durante su reunión trilateral con Biden y Trudeau.