Reiterando que sus fronteras “no están abiertas”, Estados Unidos anunció un aumento de los vuelos para deportar a más de 14 mil migrantes haitianos que instalaron un campamento improvisado bajo el puente internacional que une las ciudades de Del Río (Texas) con Ciudad Acuña (Coahuila).
“La Administración (del presidente Joe) Biden reitera que nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debe hacer el peligroso viaje”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en un comunicado.
El DHS confirmó su estrategia de “acelerar el ritmo y aumentar la capacidad de los vuelos de deportación a Haití y otros destinos del hemisferio en las próximas 72 horas”.
Además del país caribeño, EE.UU. está realizando vuelos regulares de expulsión y deportación a México, Ecuador y los países del Triángulo Norte.
Según The Washington Post, las autoridades de inmigración estadounidenses están preparando hasta 8 vuelos diarios a Haití.
Los migrantes llevan cruzando a Estados Unidos desde el pasado martes y han desbordado a las autoridades de inmigración, por lo que han improvisado el campamento a la espera de tramitar las solicitudes de asilo.
La lentitud en la tramitación de estas solicitudes, sin embargo, ha provocado que el campamento crezca, ya que la llegada de nuevos inmigrantes no cesa.
Los indocumentados duermen a la intemperie y carecen de servicios básicos, condiciones que amenazan con crear una nueva emergencia humanitaria en la frontera sur.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Guardia Costera se han coordinado en las últimas horas para trasladar a las personas que acampan en Del Río a otros puntos de entrada al país, como Eagle Pass, a unos 100 kilómetros de distancia.
Con estas medidas, el Gobierno de Biden busca desalentar la llegada masiva de ciudadanos haitianos a territorio estadounidense.
||Con información de EFE