“Italia tiene que decidir de qué lado está: si con la mayoría de los países más avanzados o si se desliza hacia los liberticidas, como Polonia y Hungría“, que recuerdan “mucho al nazismo y al apartheid”, explica a Efe el diputado Alessandro Zan, ponente de la que puede ser la primera ley contra la homofobia en el país.
La llamada “ley Zan“, estancada en el Parlamento por la férrea oposición de la derecha y la ultraderecha, podría ser la clave para que Italia supere esta anomalía, fruto tanto del “peso negativo en el pasado” del Vaticano como de una “herencia patriarcal, sexista y machista que está en la base de la discriminación”.
La diputada del progresista Partido Democrático (PD) defiende que la ley permitirá a Italia “acercarse a los países europeos para dar a Europa una voz unida”, frente a “países como Hungría y Polonia, que están desmantelando los derechos civiles y las libertades individuales de las mujeres y la comunidad LGTB+”.
Según el “Mapa Arco Iris” de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales de Europa (ILGA-Europa), que mide el grado de protección legal de la comunidad LGTB de cada país, Italia tiene un 23% de protección, muy lejos de países de su entorno como España (67%), Reino Unido (66%), Francia (56%) o Alemania (51%).
“Esperamos que pueda haber una ley contra los delitos de odio este año”, dice Zan, aunque su recorrido parlamentario está siendo muy complicado por el “obstruccionismo”, según denuncia el PD, del presidente de la Comisión de Justicia del Senado, Andrea Ostellari, de la ultraderechista Lega.
Hoy, sin embargo, la tramitación de la ley ha recibido un fuerte impulso, tras seis meses de bloqueo, al entrar en el orden del día del Senado: “Por fin ahora puede comenzar la discusión (…) para su aprobación definitiva”, anuncia el exultante diputado en las redes sociales.
Zan subraya a Efe que el texto “no protege a las minorías, sino a todas las personas discriminadas por su condición”, además de “dar nombre a un delito que antes no existía”: los delitos de odio por homofobia, transfobia, misoginia y discapacidad.
En comparación con España, Italia está “mucho más atrasada, no sólo con respecto a la comunidad LGTB+, sino también a los derechos de las mujeres”, en parte por el “peso negativo en el pasado” del Vaticano, aunque “las declaraciones del Papa Francisco van en una dirección de apertura”. Y también por un “legado patriarcal, machista y sexista”.
A pesar de todo, “la mayoría de los italianos está a favor de una ley contra los delitos de odio”, como revela una encuesta de BiDiMedia que señala que el 56% de los italianos está a favor de la “ley Zan“, mientras que el 26% se opone.
En un momento en que “la pandemia no permite grandes manifestaciones en la calle”, las redes sociales han mostrado una “gran movilización” a favor de la ley.
“Muchos jóvenes apoyan esta causa, es una ola muy fuerte que no se va a poder parar”, afirma optimista Zan, que fue entrevistado por el rapero Fedez en su perfil de Instagram, con 12 millones de seguidores, para mostrar su apoyo a la ley.
El diputado, sin embargo, no olvida “la obstrucción de partidos de extrema derecha como la Liga o Hermanos de Italia” a “una norma de civismo que afecta a la vida y la dignidad de todas las personas.”
Los opositores a la “ley Zan” denuncian que la nueva legislación ataca la libertad de expresión al calificar como delito de odio lo que ellos consideran opiniones, pero el ponente asegura que “la libertad de expresión está garantizada” por la Constitución italiana.
Zan pone un ejemplo: “Si yo digo ‘no estoy a favor del matrimonio homosexual’, eso se puede seguir diciendo, sólo sería necesario. En cambio, si uno dice ‘todos los gays deben morir’, eso no es libertad de expresión; es una incitación al odio que debe ser sancionada por una ley que, por desgracia, aún no existe en Italia”.
Y alude a un símil con la pandemia para defender los cambios sociales a los que pretende contribuir la ley que lleva su nombre: “En una sociedad, al igual que hay anticuerpos para vencer el virus, también hay anticuerpos culturales para contener el odio, la discriminación y la violencia”.