La muerte de una adolescente negra a causa de los disparos de un agente de policía en Columbus (Ohio) ha empañado el veredicto de culpabilidad contra el ex agente Derek Chauvin por la muerte de George Floyd en mayo.
Según el relato de la policía, un agente disparó a Bryant cuando la adolescente estaba aparentemente amenazando a otras dos menores de edad con un cuchillo, lo que puede verse en la grabación de la cámara corporal del policía implicado.
Este suceso ocurrió 30 minutos antes de que se diera a conocer el martes el veredicto del jurado en el caso Floyd.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el miércoles que el asesinato de Bryant era “trágico” porque se trataba de “un niño”.
“Estamos pensando en sus amigos y familiares y en las comunidades que lloran su pérdida”, añadió Psaki en su rueda de prensa diaria.
Este episodio se suma a los dos registrados en las últimas semanas que terminaron con la muerte a tiros de dos jóvenes de minorías raciales: Daunte Wright, de 20 años, que murió en Brooklyn Center, y Adam Toledo, de 13 años, en Chicago.
La respuesta inmediata de la Administración Biden ha sido abrir este mismo miércoles una investigación exhaustiva sobre la legalidad de las prácticas de la Policía de Minneapolis, ahora bajo escrutinio nacional.
“Hoy anuncio que el Departamento de Justicia ha abierto una investigación civil para determinar si el Departamento de Policía de Minneapolis tiene un patrón o prácticas policiales que son inconstitucionales o ilegales”, dijo el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland.
Respecto a la condena contra Chauvin, el responsable del Departamento de Justicia estadounidense admitió que “no aborda problemas policiales potencialmente sistémicos”, por lo que esta investigación revisará “si hay un uso excesivo de la fuerza, discriminación y otros abusos”.
El debate sobre la brutalidad policial contra las minorías en Estados Unidos vuelve así a estar sobre la mesa, a pesar del veredicto de culpabilidad contra Chauvin.