Se está gestando una nueva crisis mundial y esta vez es por el acceso a los recursos hídricos y los peligros que supone en medio de la intensificación de las catástrofes naturales debidas al cambio climático, dijo hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM) al presentar su informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2021 relacionados con el agua. La ciencia señala que el número de personas afectadas por el llamado “estrés hídrico” o la dificultad de acceso al agua aumentará de forma significativa debido al crecimiento de la población y a que cada vez habrá menos recursos hídricos que aprovechar.Según las cifras citadas en el informe, 3.600 millones de personas tenían un acceso inadecuado al agua al menos un mes al año en 2018 y se prevé que esta cifra supere los 5. En este contexto, la OMM ha constatado que el mundo no está preparado para esta situación porque los sistemas de gestión, seguimiento, previsión y alerta temprana de los riesgos relacionados con el agua son inexistentes o inadecuados en el 60% de los 187 Estados miembros del organismo científico de la ONU. “El aumento de las temperaturas está provocando cambios en las precipitaciones a nivel mundial y regional, lo que se traduce en variaciones en la distribución de las lluvias y en las temporadas agrícolas, con consecuencias para la seguridad alimentaria, la salud humana y el bienestar”, declaró el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, en la presentación del informe. En su recuento, la agencia señala que en 2020 se produjeron varios fenómenos hídricos extremos, como las fuertes lluvias que causaron inundaciones masivas en Japón, China, Indonesia, Nepal, Pakistán e India, y que dejaron muchos muertos y empujaron a millones de personas a desplazamientos forzados.En Europa también hubo inundaciones que causaron pérdidas humanas y materiales. La otra cara de la moneda es la disminución de las reservas de agua continental (la suma de toda el agua sobre y bajo la superficie terrestre), que equivale a un centímetro menos por año en las últimas dos décadas, fenómeno que se ha hecho notar en los glaciares, la nieve de las montañas, la Antártida y Groenlandia.La situación es grave si se tiene en cuenta que sólo el 0,5% de los recursos hídricos del planeta son agua dulce disponible y utilizable. Taalas destacó que esta situación “continuará en los próximos siglos y no sólo en los próximos años o décadas, debido a los altos niveles de dióxido de carbono” en la atmósfera y el efecto negativo que esto tendrá en el cambio climático.Por otro lado, el informe indica que en los últimos 20 años ha aumentado la frecuencia de los riesgos hidrológicos. Desde el año 2000, se ha producido un aumento del 134% en las catástrofes relacionadas con las inundaciones en comparación con las dos décadas anteriores, y la mayor parte de las muertes y los daños económicos se produjeron en Asia.El número y la duración de las sequías también aumentaron un 29% en el mismo periodo y el coste humano de las sequías fue mayor en África.