La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) exigió este jueves “justicia, memoria y verdad” en el 50 aniversario de la masacre estudiantil de 1971, conocida como el “Halconazo”.
“Hoy recordamos el llamado “Halconazo” o la Masacre del Jueves de Corpus que tuvo lugar en 1971 en la Ciudad de México. Esta fecha nos convoca a reafirmar las demandas de justicia, memoria, verdad y reparación de lo ocurrido, aunque hayan pasado muchos años”, dijo el representante de ONU-DH México, Guillermo Fernández-Maldonado.
Este episodio de violencia se unió a los trágicos sucesos del 2 de octubre en Tlatelolco en 1968 y marcó el inicio de una época conocida como la Guerra Sucia, indicó la ONU-DH.
“El llamado ‘Halconazo‘ es un recordatorio de las fallas del Estado para responder a los movimientos opositores al régimen de la época que denunciaban violaciones a los derechos humanos, utilizando la desaparición forzada, la tortura y la ejecución extrajudicial como estrategias para erradicarlos”, agregó el boletín.
El organismo lamentó que estos crímenes continúen hoy “en la impunidad” y que, después de cinco décadas, “las víctimas y sus familiares sigan buscando justicia”.
“La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha acompañado los esfuerzos del actual gobierno mexicano para impulsar la política de memoria y verdad sobre este tipo de crímenes contra personas pertenecientes a movimientos políticos y sociales. Un esfuerzo de tal magnitud merece todo el apoyo institucional”, concluyó.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también pidió perdón este jueves por la tragedia: “A 50 años del ‘Halconazo‘ y de la represión (quiero) ofrecer, en mi calidad de representante del Estado mexicano, una sincera disculpa, un sincero perdón”, dijo en su rueda de prensa desde el Palacio Nacional.
El 10 de junio de 1971, un grupo paramilitar mexicano perpetró una masacre en las inmediaciones de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros de Ciudad de México que dejó decenas de jóvenes muertos durante una manifestación pacífica contra el entonces presidente Luis Echeverría (1970-1976).
Según cifras oficiales, la masacre dejó al menos 22 muertos, muchos desaparecidos y unos cincuenta heridos. Sin embargo, organizaciones civiles elevan la cifra a 60 muertos y decenas de desaparecidos.
Esta masacre se considera uno de los episodios más violentos de la llamada Guerra Sucia del gobierno mexicano contra los movimientos de oposición entre finales de los años sesenta y principios de los ochenta del siglo pasado.