La Habana vive este lunes un ambiente tenso como consecuencia de la mezcla de elementos policiales y un gran conglomerado de personas vestidas de blanco, que asistieron a la marcha pacífica de la Jornada Cívica por el Cambio del 15N, cuyo objetivo es exigir un nuevo régimen de gobierno en la isla.
Minutos antes del inicio del movimiento social, las calles aledañas al Capitolio Nacional fueron resguardadas por elementos de seguridad cubanos a bordo de patrullas, mientras que otro grupo de agentes vigilaba las calles.
Ante el llamado a utilizar el color banco como señal de un movimiento pacifista, las casas por donde se supone que pasará la marcha lucen sábanas blancas y flores del mismo color como señal de apoyo a los integrantes del movimiento.
En cambio, algunos edificios e instituciones locales llenaron sus fachadas con banderas cubanas.
Algunos activistas que participan en el movimiento han sido víctimas de diferentes tipos de represión. Por ejemplo, uno de los líderes más visibles de Archipiélago, Yunir García Aguilera, que permanece cautivo en su casa, desde que las autoridades implantaron un cerco que le impide salir.
Por otro lado, varios activistas y periodistas independientes no han podido salir de sus casas debido a la vigilancia de la seguridad del Estado o de grupos de personas afines al Gobierno. Algunos fueron incluso detenidos por las autoridades.
El movimiento pacifista tenía previsto salir a la calle a partir de las 15.00 horas (hora local) de este miércoles, pero surgieron algunos inconvenientes que se lo impidieron, según informan los medios locales.
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