Durante la pandemia de Covid-19 se alfabetizó a 250 mil adultos en México que no sabían leer ni escribir, según la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez.
Asimismo, destaca que en el actual periodo de inscripción, que vence a finales de este mes, hay 225 mil mexicanos inscritos en el programa de alfabetización del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA).
El funcionario federal encabezó la primera reunión del Movimiento Nacional por la Alfabetización que se realizó en el Centro Mundial de Tarde en Boca del Río el viernes 22 de octubre.
Durante su intervención, señaló que a pesar de la emergencia sanitaria, no se detuvo el trabajo para combatir el rezago educativo, lo que permitió mantener las clases para adultos mayores a cargo de profesores del Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA).
“A lo largo del tiempo, la Secretaría de Educación Pública ha tenido como prioridad llegar a todos los rincones del país, desde las zonas urbanas hasta las rurales y, por qué no, a las comunidades indígenas. A pesar de la pandemia y de todo lo que ha sucedido en México y a nivel internacional, el INEA no ha dejado de trabajar, y por eso lo felicito”, dijo en su discurso.
Gómez Álvarez sostiene que esfuerzos como el lanzado desde Veracruz buscan seguir trabajando a favor de los más pobres, a través de la coordinación de instituciones estatales y federales.
De acuerdo con cifras presentadas durante el evento, en el país hay 28 millones de personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir o que no han terminado su educación primaria.
Al respecto, el Secretario de Educación dijo que es la primera vez que se emprende una cruzada nacional de alfabetización, en la que participan autoridades de distintos niveles e instituciones públicas, desde la propia SEP hasta universidades e institutos.
En este sentido, señala que el objetivo es cumplir con la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador para que la educación gire en torno a cuatro ejes, que son: la formación de maestros, la construcción de contenidos, los planes y programas adecuados, la infraestructura escolar y las becas.
Al mismo tiempo, se dará prioridad a favorecer a las comunidades más pobres, que por años han sido olvidadas por las autoridades.