La policía de Hong Kong allanó el jueves las oficinas del diario prodemocrático Apple Daily, por segunda vez en menos de un año, y detuvo a cinco ejecutivos, entre ellos el redactor jefe del periódico, quien advirtió que la libertad de prensa en el territorio “pende de un hilo”.
Estas detenciones, en nombre de la drástica ley de seguridad nacional, son el último revés contra el popular tabloide y su propietario encarcelado, el multimillonario Jimmy Lai.
Más de 500 policías participaron a primera hora del jueves en la redada, en relación con los artículos publicados por Apple Daily que “instaban a imponer sanciones” contra los dirigentes de Hong Kong y China, según la policía.
Es la primera vez que el contenido de un artículo da lugar a detenciones en virtud de la ley de seguridad nacional impuesta el año pasado por Pekín.
En un mensaje a sus lectores, el Apple Dayli dijo que “la protección de la libertad de prensa en Hong Kong pende de un hilo”.
“Todos los miembros del Apple Daily se mantienen firmes y de pie”, añadió la publicación.
El sindicato de periodistas del periódico tachó la operación de “violación gratuita de la libertad de prensa”, que “refleja la forma en que ha aumentado el poder de la policía según la ley”.
Los cinco directivos fueron detenidos “por conspiración con un país extranjero o elementos externos para poner en peligro la seguridad nacional”, según la policía.
La policía congeló bienes del Apple Daily por valor de 2,3 millones de dólares.
El periódico ha sido una espina en el flanco de Pekín, y ha apoyado abiertamente el movimiento prodemocrático en la ciudad.
Entre los detenidos se encuentran el redactor jefe Ryan Law y el redactor jefe Cheung Kim-hung.
Apple Daily retransmitió en directo la redada policial a través de su cuenta de Facebook y las imágenes mostraron el momento en que los agentes de policía acordonaron el complejo y entraron en el edificio.
“Llegaron alrededor de las 7 de esta mañana (23H00 GMT del miércoles), nuestro edificio está vallado”, dijo un periodista no identificado en la transmisión. “Ahora podemos ver cómo llevan cajas de materiales a su camión”.
“La policía nos impide utilizar gran parte de nuestros equipos, pero podemos mantener la cámara en directo conectada y nuestra página web seguirá siendo actualizada”, añadió la voz del periodista.
La ley de seguridad nacional que entró en vigor en junio de 2020 es la punta de lanza de la represión generalizada contra los críticos de China en Hong Kong desde las enormes manifestaciones prodemocráticas de 2019.
La legislación criminaliza a gran parte de la oposición y otorga a las autoridades amplios poderes de investigación.
Los condenados bajo la nueva ley se enfrentan a cadena perpetua, y a la mayoría se les niega la libertad bajo fianza al ser arrestados.
La redada del jueves es la segunda vez en menos de un año que la policía allana el Apple Daily.
El propietario de la publicación, Lai, de 73 años, fue acusado de conspiración tras un registro en agosto, y actualmente cumple varias condenas de cárcel por participar en las manifestaciones prodemocráticas que sacudieron Hong Kong en 2019.
Pekín no ha ocultado su deseo de silenciar al periódico, y la prensa estatal se refiere habitualmente a Lai como “traidor” y “mano negra”.
Más de 100 personas han sido detenidas en virtud de la ley, incluidos algunos de los activistas prodemocráticos más conocidos de la ciudad, mientras que otros se han ido al extranjero.
China ha dicho que la ley es necesaria para restablecer la estabilidad en Hong Kong, pero los críticos, incluidos varios países occidentales, dicen que la represión echa por tierra la promesa de China de que la ciudad mantendría ciertas libertades y autonomía tras su entrega a Pekín en 1997.
Hace un mes, en una entrevista con la AFP, el redactor jefe Law se mostró desafiante.
Admitió que el periódico estaba en crisis desde el encarcelamiento de su propietario, pero aseguró que los periodistas estaban decididos a mantener la publicación.
En una reciente reunión, los empleados preguntaron a Law qué debían hacer si la policía lo detenía.
Él respondió simplemente: “transmitirlo en directo”.