América Latina es la región emergente del mundo más afectada por la pandemia, en parte por los lastres estructurales que arrastraba en términos de productividad, desigualdades o falta de integración, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) cree que los planes de recuperación deben ser una oportunidad para corregirlos.
Su secretario general, el mexicano Ángel Gurría, que deja el cargo la próxima semana tras 15 años al frente, quiso dar varias notas de esperanza a pesar de la situación y, ante el carácter compartido y global de los retos de América Latina, reclamó “un nuevo contrato social entre gobiernos, ciudadanos y otros actores”.
Durante la decimotercera edición del Foro Internacional sobre América Latina y el Caribe, que se celebra habitualmente en París y que por segundo año consecutivo se organiza por Internet debido a la pandemia, Gurría abogó por “una nueva cooperación iberoamericana”, pero también por repensar la participación de la región en la agenda global.
Sobre todo, su principal mensaje fue que “una respuesta eficaz a la crisis podría fomentar la formalidad, promover la diversificación productiva, aumentar la integración de la región en las cadenas de valor” y poner en marcha la transición hacia una economía verde capaz de generar 15 millones de empleos netos para 2030.
La urgencia de la llegada de vacunas fue una de las demandas más repetidas en esta edición del foro, especialmente por parte del presidente colombiano, Iván Duque, quien incluso pidió a la OCDE que actúe como mediadora con los países desarrollados para que hagan préstamos de dosis que luego otros como el suyo devolverán cuando reciban las que han pedido a los fabricantes.
Duque subrayó que “es urgente” buscar soluciones a la situación actual en la que “los países más desarrollados han comprado cuatro, cinco o seis veces su población en vacunas” mientras “más de 70 países no han suministrado la primera dosis”.
En su opinión, la competencia por el material médico y farmacéutico desde el estallido de la pandemia ha puesto de manifiesto los fallos del sistema multilateral y la necesidad de “un fortalecimiento vertiginoso del multilateralismo” para lograr “un sentido de equidad” y “para que la iniciativa COVAX pueda salir adelante”.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, coincidió en que la adquisición y distribución de vacunas “es el tema prioritario” en estos momentos, pero señaló otros cuatro retos para abordar otras debilidades estructurales de América Latina.
Habló de reforzar la integración entre sus países; cerrar la brecha digital con la OCDE, lo que permitiría crear 15 millones de empleos directos; los problemas de las pymes; y resolver la brecha de género, lo que, más allá de la dimensión humana y social, supondría aumentar el Producto Interior Bruto (PIB) en un 23%.
El diagnóstico que hicieron tanto Gurría como Claver-Carone sobre la catastrófica estela que ha dejado el coronavirus fue contundente.
“América Latina y el Caribe es la región emergente y en desarrollo más afectada por la crisis del covirus”, con una caída del PIB del 7,7% en 2020 y, sobre todo, con un millón de muertos hasta el momento, señaló el primero.
La de 2020 fue “la mayor contracción (de la actividad) en 200 años” desde las guerras de independencia, que hizo perder el empleo a 30 millones de personas y sacó a 50 millones de la clase media, dijo el segundo, que, aunque estima que el PIB crecerá un 4% este año, admitió que eso “no es suficiente”.
La vicepresidenta de la República Dominicana, Raquel Peña, al igual que Iván Duque y la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, advirtió de los problemas que tienen los países en desarrollo como el suyo para financiar las crecientes necesidades de gasto social de la pandemia, que han inflado su deuda pública.
Peña, refiriéndose a las conclusiones de la virtual reunión iberoamericana de ministros de Economía y Finanzas del miércoles, destacó la necesidad de buscar “un marco común” para la negociación de mecanismos de alivio de la deuda.
El presidente de Colombia, por su parte, consideró que los organismos internacionales deben ser conscientes de que los países en desarrollo van a sufrir mucho la subida de los tipos de interés que se está produciendo en Estados Unidos.
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, reconoció que en la situación actual de América Latina, y a pesar de las convergencias en la agenda de ambos bloques y de los acercamientos de los últimos años, “no hay lugar para la complacencia”.
“No podemos ser los convidados de piedra de otra década perdida que puede agravar la pobreza y la desigualdad”, añadió Borrell, antes de mostrar su ambición por “transformar juntos el mundo post-pandémico” sobre la base de valores compartidos como el