Un equipo de cuatro astronautas llegó a la Estación Espacial Internacional el sábado a bordo de la cápsula Endeavour Crew Dragon de SpaceX, dijo la NASA, tras convertirse en la primera tripulación en ser impulsada a la órbita por un cohete impulsor reciclado de un vuelo espacial anterior.
La cápsula Endeavour, que también realiza su segundo vuelo, fue lanzada al espacio el viernes a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida. SpaceX es la empresa de cohetes comerciales de Elon Musk.
El Endeavour se acopló al complejo de la estación espacial a las 5:08 de la mañana, hora del este de Estados Unidos (0908 GMT), mientras la nave volaba 425 kilómetros sobre el Océano Índico, dijo la NASA en una actualización de la misión.
A bordo se encontraban dos astronautas de la NASA: el comandante de la misión Shane Kimbrough, de 53 años, y la piloto Megan McArthur, de 49, junto con el astronauta japonés Akihiko Hoshide, de 52 años, y su compañero de misión Thomas Pesquet, de 43 años, un ingeniero francés de la Agencia Espacial Europea.
La misión representa la segunda tripulación “operativa” de la estación espacial lanzada por la NASA a bordo de una cápsula Crew Dragon desde que se reanudaron los vuelos espaciales tripulados desde suelo estadounidense el año pasado tras un paréntesis de nueve años al finalizar el programa de transbordadores espaciales de Estados Unidos en 2011.
También es el tercer vuelo tripulado que se pone en órbita en 11 meses en el marco de la incipiente asociación público-privada de la NASA con SpaceX, la empresa de cohetes fundada en 2002 por Musk, que también es consejero delegado del fabricante de coches eléctricos Tesla Inc.
El cohete Falcon 9 de la misión despegó con el mismo propulsor de primera etapa que puso en órbita a una tripulación hace cinco meses, lo que supone la primera vez que se reutiliza un propulsor que ya había volado en un lanzamiento con tripulación.
Los vehículos propulsores reutilizables, diseñados para volver a la Tierra y aterrizar de forma segura en lugar de caer al mar tras el lanzamiento, son el núcleo de una estrategia de cohetes reutilizables que SpaceX ayudó a promover para hacer más económicos los vuelos espaciales.