BEIJING. Millones de turistas locales acudieron en masa a los principales centros de China para las vacaciones de cinco días que comenzaron el 1 de mayo, una señal de que el miedo al covid-19 es ya un recuerdo lejano.
Las calles de Pekín estaban ayer abarrotadas de visitantes, muchos de ellos sin máscaras, mientras las parejas de novios se hacían fotos frente a la entrada de la Ciudad Prohibida.
Shanghái, la otra gran ciudad china, y sus atracciones también fueron invadidas por los turistas locales durante el fin de semana.
En Wuhan, donde surgió la pandemia de Covid-19 que arrasa el mundo en diciembre de 2019, miles de personas sin mascarillas cantaron y bailaron hombro con hombro en un festival de música al aire libre.
A mediados de 2020, China logró controlar la circulación del virus tras decretar estrictas contenciones y cierres de fronteras.
Ayer, sólo se registraron 17 infecciones entre los viajeros en cuarentena.
En el primer trimestre de este año, la economía registró un espectacular crecimiento interanual del 18,3% en China, donde la vida ha vuelto casi a la normalidad, salvo pequeños brotes ocasionales de coronavirus.
Al no poder viajar al extranjero debido a la limitación de los vuelos y la cuarentena obligatoria para las personas que entran en el país, los chinos se volcaron en masa en el turismo local.
Las escenas de alegría durante los cinco días de vacaciones, que terminan hoy, contrastaron con el silencio y el miedo en las ciudades chinas durante el mismo periodo del año pasado.
La plataforma de reservas de viajes Ctrip estimó que 200 millones de personas viajarían durante los cinco días de vacaciones.
Las reservas de hoteles para estas vacaciones aumentaron un 40% respecto a mayo de 2019, antes de la pandemia.