KABUL. En una de sus mayores hazañas desde que comenzaron a abrirse paso en Afganistán en mayo, los talibanes afirmaron haber conquistado Kandahar, la segunda ciudad más grande de Afganistán, dejando al gobierno en control de la capital, Kabul, y un puñado de otros territorios ya asediados por los insurgentes.
“Kandahar está completamente conquistada”, dijo un portavoz talibán en una cuenta oficial de Twitter. Un residente confirmó la captura, señalando que las fuerzas gubernamentales se retiraron en masa a una instalación militar en las afueras de la ciudad.
Kandahar, la segunda ciudad más grande de Afganistán, es el bastión espiritual de los talibanes.
Horas antes, los insurgentes habían tomado también la tercera ciudad de Afganistán, Herat, continuando su ofensiva relámpago ante la que Estados Unidos anunció el despliegue de 3.000 soldados para evacuar a su personal diplomático.
“Estamos reduciendo aún más nuestra presencia civil en Kabul a la luz de la evolución de la situación de seguridad”, dijo a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Añadió que la embajada operará en su ubicación actual y “sigue desempeñando funciones prioritarias”, pero no desmintió las informaciones de que podría trasladarse al aeropuerto internacional Hamid Karzai.
Los medios de comunicación estadounidenses afirman que el gobierno de Joe Biden está negociando con los talibanes la seguridad de su embajada ante una inminente invasión de la capital afgana.
Estados Unidos y Alemania instaron a sus ciudadanos a abandonar el país de inmediato, a poco menos de tres semanas de la retirada de la última unidad de tropas extranjeras dirigida por Washington. Por su parte, el Reino Unido desplegará temporalmente unos 600 militares en Afganistán para ayudar a los ciudadanos británicos a abandonar el país.
En la última semana, el gobierno afgano ha perdido casi todo el norte, el sur y el este, conservando el control de la capital y de tres ciudades, muchas de ellas en peligro, por lo que los insurgentes parecen estar acercándose a una toma militar completa.
A primera hora de ayer, los talibanes, que ahora controlan cerca de dos tercios del país, capturaron también Ghazni, situada en la carretera de Kandahar y en dirección a Kabul, a unos 150 kilómetros de distancia. Esto deja a la ciudad prácticamente sitiada y libre de ataques.
Los insurgentes controlan ahora más de la mitad de los 400 distritos del país. Y con la caída de Kandahar, Herat, Ghazni y otra ciudad del noroeste, Qala-e-Naw, todas ellas tomadas ayer, los insurgentes controlarán 13 capitales de provincia.
Durante semanas, el ejército, los comandos y las unidades especiales de la policía gubernamental trataron desesperadamente de mantener el control de la ciudad de Kandahar, pero ayer los insurgentes tomaron la prisión central de la ciudad, liberaron a cientos de prisioneros y engrosaron sus filas, una táctica practicada desde hace más de una década en las otras ciudades tomadas.
Ante la desesperada situación, el gobierno afgano pidió a la comunidad internacional que “tome medidas serias” para evitar los “brutales ataques” de los talibanes en las capitales de provincia y los denunció como “crímenes de guerra”.
Sin embargo, fuentes gubernamentales informaron de que los negociadores de paz afganos en Qatar ofrecieron a los talibanes compartir el poder a cambio del fin de la violencia.
“Sí, el gobierno ha presentado una propuesta a Qatar, en su calidad de mediador. Esta oferta consistiría en compartir el poder con los talibanes a cambio del fin de la violencia en el país”, dijo la fuente.
Ante lo que parece inevitable, la Unión Europea amenazó a los talibanes con el “aislamiento” internacional si toman el poder “por la fuerza”, y les pidió que reanuden las conversaciones “sustanciales” con el gobierno de Kabul y el cese “inmediato” de la violencia.
Mientras tanto, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra su sucesor, Joe Biden, por no poner condiciones a la retirada militar de Estados Unidos en Afganistán y dijo que el ascenso violento de los talibanes era “inaceptable.”