Los turistas estadounidenses vacunados contra el virus Covid-19 podrán viajar a los países de la Unión Europea este verano, según ha asegurado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, en una entrevista concedida a The New York Times.
“Los estadounidenses, por lo que sé, utilizan vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Esto les permitirá viajar y moverse libremente”, dijo la política al diario estadounidense.
Von Der Leyen añadió: “Porque una cosa está clara: los 27 Estados miembros aceptarán, sin condiciones, a todos los que se vacunen con vacunas aprobadas por la EMA”.
La EMA ha aprobado las vacunas desarrolladas por los fabricantes de medicamentos Moderna, Pfizer y BioNTech y Johnson & Johnson, las tres administradas en Estados Unidos.
Sin embargo, el periódico señaló que la presidenta de la CE no ofreció una fecha exacta ni más detalles sobre esta apertura al turismo estadounidense de personas totalmente vacunadas y señaló que la última palabra siempre la tendrá cada país.
Lo que sí señaló Von Der Leyen fue que Estados Unidos estaba “en camino” de lograr la inmunidad a mediados de junio, con el 70 por ciento de la población adulta vacunada.
Las declaraciones de la política europea al diario estadounidense coinciden con la última fase antes de que las instituciones europeas comiencen a negociar la implantación de un certificado de vacunación de la UE.
El Parlamento Europeo quiere aprobar el borrador final de este certificado comunitario en su sesión plenaria de junio, para que a principios de ese mes se ponga en marcha una prueba piloto del documento y esté totalmente disponible a finales de mes, contribuyendo así a impulsar la campaña turística de verano.
El pasado 17 de marzo, la CE presentó el certificado digital con la intención de tenerlo listo antes del verano para reactivar los viajes para entonces, un objetivo compartido por el sector aéreo, que reclama a los Estados miembros la máxima agilidad para su aprobación y puesta en marcha.
El Ejecutivo comunitario aseguró que pretendía que sólo se reconocieran las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento, aunque subrayó que daría permiso a los gobiernos para aceptar otros fármacos, como la rusa Sputnik V o la china Sinopharm.
Según fuentes comunitarias de entonces, Bruselas también mostró su disposición a colaborar con terceros países con certificados similares (como Estados Unidos), aunque las citadas fuentes no creían que se pudieran alcanzar acuerdos sobre la interoperabilidad del documento antes del verano.