Ni una sola vacuna con los principios activos producidos en el laboratorio mAbxience de Garín, provincia de Buenos Aires, ha regresado a Argentina ni a ningún otro país latinoamericano, según denuncian desde ese país.
A través de un acuerdo con México para envasar el líquido base en una planta de Liomont en el Estado de México, estaba previsto que Argentina comenzara a recibir parte de los 22,4 millones de dosis de la vacuna anticovaria de AstraZeneca y la Universidad de Oxford que compró en marzo.
La fecha llegó, pero no los lotes, y el descontento en el país sudamericano crece mientras una segunda ola de la epidemia amenaza con desbordar su sistema sanitario.
“Se suspende toda exportación del principio activo para la producción de vacunas contra el Covid-19“, dice un proyecto de ley presentado por el Frente de Izquierda en el Congreso argentino, que propone expropiar y declarar de utilidad pública la planta de la localidad de Garín e insta a elaborar un plan de emergencia para reconvertir los laboratorios públicos, escalar la producción y completar el proceso de terminación y envasado de las vacunas dentro de su territorio.
El lunes 29 de marzo, un grupo de miembros del Frente y sus partidarios se plantaron frente a las instalaciones del laboratorio para anunciar el lanzamiento de la campaña “Vacunas para todos” y la intención de nacionalizar esas instalaciones.
Los legisladores exigieron al dueño de mAbxience, Hugo Sigman, que envíe el principio activo fuera del país mientras se desarrolla el plan de vacunación a cuentagotas.
Los diputados argentinos criticaron duramente al gobierno de Alberto Fernández por las demoras en el cumplimiento del acuerdo anunciado en agosto pasado, que involucraba al laboratorio AstraZeneca, al dueño del laboratorio argentino y al magnate mexicano Carlos Slim, para fabricar en ese país el principio activo de la vacuna patentada por AstraZeneca y completar su producción y envasado en el laboratorio Liomont, en Ocoyoacac, Estado de México.
El acuerdo entre empresas privadas, pero celebrado por los presidentes de ese país y de México, Andrés Manuel López Obrador, contempla la producción conjunta de entre 150 y 250 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford. El primer lote del principio activo para fabricar seis millones de vacunas de AstraZeneca llegó a México el 20 de enero, procedente de Argentina, al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El proyecto de ley promovido a finales de marzo por las fuerzas de izquierda argentinas citaba que hasta ese momento se habrían enviado desde Argentina a México cuatro cargamentos con alrededor de 24 mil litros de principio activo con los que se podrían generar 40 millones de dosis de la vacuna, pero no había regresado ni una sola vacuna a ese país.
“Los responsables de este acuerdo argumentan que no pueden terminar de producir y envasar las vacunas porque les faltan insumos como filtros, bolsas estériles y frascos”.
Debido a estos problemas técnicos, según el proyecto de ley, el empresario Hugo Sigman había optado por desviar 12 millones de dosis directamente a Estados Unidos para ser envasadas en el laboratorio Albany Molecular Research Inc. (AMRI) en Albuquerque, librándose así de las restricciones impuestas por la Casa Blanca a las exportaciones de materiales y bienes para la atención de la pandemia, que han afectado a la planta mexicana.
El plan original era que como parte del acuerdo se producirían entre 150 y 250 millones de vacunas que se distribuirían desde México a Argentina y el resto de América Latina, con excepción de Brasil. Algo más de 22 millones irían a Argentina y 77 millones se quedarían en México. Esta distribución al país sudamericano fue anunciada para marzo y luego para abril.
“En los últimos días se ha informado en diferentes medios de comunicación que a mediados de abril Liomont podría comenzar a entregar las vacunas terminadas. Pero las pruebas demuestran que los ‘compromisos’ de empresas como AstraZeneca no son para nada confiables”, criticó el proyecto de ley argentino.
En México, a mediados de febrero, el canciller Marcelo Ebrard informó que el envasado y distribución de la vacuna se retrasó debido a un complejo proceso de certificación que provocó cambios importantes en la planta. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) realizó 185 “observaciones” durante una visita al lugar, pero según el funcionario, la entrega comenzaría a principios de abril.
Este viernes Marcelo Ebrard indicó que las primeras dosis de Liomont llegarán a Argentina hasta mayo próximo.
No puede ser que el gobierno diga que no puede involucrarse en un “negocio entre privados”, dejando las manos libres a Sigman para hacer su negocio capitalista con el mexicano Slim y AstraZeneca, cuando la vacuna debería ser un bien público común”, reclamó Ebrard.