Este viernes, el Papa Francisco mencionó que en estas fechas las personas indiferentes a los pobres ofenden a Dios, instando a todos a “mirar más allá de todas las luces y adornos” y recordar a los más necesitados.
Francisco, iniciando la novena Navidad de su pontificado, celebró una solemne misa de vigilia en la Basílica de San Pedro para unas 2.000 personas, con una participación restringida por Covid-19 a una quinta parte del aforo de los años anteriores a la pandemia.
Minutos antes de que comenzara la misa de Nochebuena, Italia informó de un segundo récord diario consecutivo de casos de Covid-19, con nuevos contagios que alcanzaron los 50.599.
Francisco, vestido de blanco, pronunció su homilía sobre el tema de que Jesús nació sin nada.
“Hermanos y hermanas, de pie ante el pesebre, contemplamos lo central, más allá de todas las luces y adornos, que son hermosos. Contemplamos al niño“, dijo en su homilía en la misa celebrada con más de 200 cardenales, obispos y sacerdotes. Todos, excepto él, llevaban máscaras.
Francisco, que cumplió 85 años la semana pasada, dijo que el niño Jesús nacido en la pobreza debe recordar a la gente que servir a los demás es más importante que buscar el estatus o la visibilidad social o pasar una vida en busca del éxito.
“Es en ellos (los pobres) donde quiere ser honrado”, dijo Francisco, que ha hecho de la defensa de los pobres una piedra angular de su pontificado. “En esta noche de amor, que tengamos un solo temor: el de ofender el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia. Jesús los ama con cariño, y un día nos recibirán en el cielo”, dijo.
Al afirmar que los trabajadores, los pastores, fueron los primeros en ver al niño Jesús en Belén, Francisco dijo que el trabajo debe tener dignidad y lamentó que muchas personas mueran en accidentes laborales en el mundo.
“En la Jornada de la Vida, repitamos: ¡no más muertes en el trabajo! Y comprometámonos a lograrlo”, dijo.
El sábado, Francisco pronunciará su bendición y su mensaje “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.