Washington – El asesino en serie hispano Rodney Alcalá, sospechoso de haber matado hasta 130 mujeres en Estados Unidos, murió el sábado en un hospital de California, según los responsables de la prisión en la que estaba recluido.
Alcalá, de 77 años, fue trasladado al hospital desde el corredor de la muerte de una prisión de California, donde había sido condenado a muerte en 2010 por los asesinatos de cuatro mujeres y una niña de 12 años.
Conocido en Estados Unidos como el “asesino del juego de las citas” por su aparición en 1978 en un programa de televisión del mismo nombre, Alcalá fue condenado de nuevo en 2013 por asesinar a otras dos víctimas en Nueva York.
Las autoridades sospechan que podría haber matado hasta 130 mujeres y niñas y violado a varias en la década de 1970 antes de ser detenido y encarcelado en 1979, desde donde permaneció en prisión, aunque el juicio tardó décadas en completarse.
Alcalá murió por “causas naturales”, según informó el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California en un comunicado.
Su condena a muerte estaba relacionada con el asesinato de Robin Samsoe, de 12 años, que fue secuestrada en Huntington Beach, al sureste de Los Ángeles, el 20 de junio de 1979 cuando iba en bicicleta a su clase de ballet.
El mismo jurado declaró a Alcalá culpable de torturar, violar y asesinar a Jill Barcomb, de 18 años, en 1977, a Georgia Wixted, de 27 años, en 1978, a Charlotte Lamb, de 32 años, en 1978, y a Jill Parenteau, de 21 años, en 1979.
En otro juicio celebrado en Nueva York en 2013, Alcalá admitió haber violado y estrangulado a Cornelia Crilley, una auxiliar de vuelo de 23 años, en 1971 en el piso de la víctima en el Upper East Side de Manhattan.
También confesó que seis años después asesinó a la bióloga Ellen Hover, también de 23 años, cuyo cuerpo fue encontrado 11 meses después en un bosque del condado de Westchester, en el estado de Nueva York.
Fotógrafo aficionado y antiguo estudiante de la Universidad de California, Alcalá poseía un coeficiente intelectual muy elevado y fotografió a cientos de sus víctimas.
En enero de este año, las autoridades de Huntington Beach (California) publicaron docenas de estas fotos con la esperanza de que el público les ayudara a identificar a las personas fotografiadas y a determinar si podían ser las víctimas de Alcalá.