JERUSALÉN. El líder de la extrema derecha, Naftali Bennett, dio su apoyo a un “gobierno de unidad” en Israel para derrocar al primer ministro Benjamin Netanyahu, en lo que sería el fin de una era política.
La decisión de Bennett, que anunció en un discurso televisado, podría permitir al líder de la oposición, Yair Lapid, formar una coalición de partidos de derecha, centro e izquierda y propinar a Netanyahu su primera derrota electoral desde 1999.
Benet volvió a rechazar ayer la formación de una coalición de derechas liderada por Netanyahu, que lleva más de una década en el poder en Israel.
Lapid, líder del partido centrista Yesh Atid, que quedó en segundo lugar tras el derechista Likud de Netanyahu en unas elecciones nacionales que no arrojaron resultados claros el 23 de marzo, se enfrenta al plazo del miércoles para que el presidente de Israel anuncie un nuevo gobierno.
Las posibilidades de éxito de Lapid han dependido en gran medida de Bennett, ex ministro de Defensa y multimillonario del sector tecnológico, cuyos seis escaños del partido Yamina en el parlamento de 120 miembros son suficientes para darle el rango de primer ministro.
Según un acuerdo de reparto del poder, Bennett sustituiría a Netanyahu, el líder del partido Likud de 71 años, como primer ministro y luego cedería el puesto al centrista Lapid en un acuerdo de rotación.