<p>”No me vacuné por miedo e ignorancia y, bueno, ya pagué las consecuencias”, así anunció Tere a su grupo de amigos que se contagió de Covid-19.
Ella formaba parte del 28.1 por ciento de los mexicanos de entre 40 y 59 años que, de acuerdo con la Encuesta de Salud y Nutrición 2020, rechazan la vacuna contra el covirus.
El viernes habría recibido la segunda dosis de la vacuna de Pfizer en el municipio de Cuauhtémoc, pero “cuando escuché entre muchas especulaciones que era contraproducente, que si estabas bien podías bajar y saber que hasta una cuchara se clava en la vacuna, entre tantas cosas, eso me dio mucho miedo, así que decidí no vacunarme”.
Nueve días después de empezar a tener síntomas y cuando acudió a la alcaldía, le confirmaron que era positiva al Covid-19, lo mismo que su hija Katia, Tere investigó cuando, una vez pasados los síntomas, se puede vacunar. Para ello, debe pasar al menos un mes antes de buscar un lugar donde vacunarse.
“Ahora voy a vacunarme”.
Tere consideró que no estaba muy expuesta al virus por el contacto con otras personas y por eso decidió no vacunarse. “Dije que me lo tomaba con calma, que estaba encerrada, que salía todo lo que necesitaba y que tomaba mis medidas. Estaba bien porque desde 2019 hasta ahora estaba bien, y hasta ahora me contagié. En realidad, por eso no quería vacunarme, tengo miedo a las consecuencias, a la maldad del ser humano, esa es la verdad”.
De toda su familia, su hermana mayor ya enfermó y necesitó anticoagulantes para afrontar las consecuencias del virus CoV2 del SARS. Se vacunó el viernes pasado y ahora se encarga de llevar comida y medicinas a Tere y a su hija.
Tere cree que se contagió del virus en la marisquería donde trabajaba, junto con otra de sus hermanas, su cuñado y su sobrino. De los cinco, sólo ella y su hija empezaron a tener síntomas.
No fue hasta el viernes de la semana pasada cuando empezó a tener fuertes dolores de cabeza y ninguna pastilla le quitaba el dolor.
Al mismo tiempo Karla, su hija, empezó a tener síntomas de gripe y decidieron ir a la explanada de la alcaldía para hacerse una prueba rápida.
Recurrieron al médico que había atendido a su hermana y le recetó el grupo básico de medicamentos, aislamiento y monitoreo de su oxigenación.
El pasado fin de semana, Tere sintió un fuerte cansancio, un intenso dolor de cabeza e insomnio, por lo que recurrió a sus ejercicios de meditación para poder conciliar el sueño y descansar.