En el intrincado laberinto de la justicia, hay un hilo de Ariadna que guía nuestra búsqueda de la verdad: la cadena de custodia. Este sistema de control y registro se aplica a cualquier indicio, evidencia, objeto, instrumento o producto del hecho delictivo, y su correcta implementación es vital para desarrollar una verdadera investigación científica.
La cadena de custodia: un relato en cinco actos
La cadena de custodia es una historia en cinco partes que sigue el rastro de las pruebas desde su localización hasta su presentación en juicio. Estas fases son: Localización, Procesamiento, Traslado, Análisis y Almacenamiento, y Disposición Final. Como en una novela policíaca, cada etapa del relato es crucial para desentrañar el misterio del delito.
El punto de partida de nuestra narrativa es la actuación del Primer Respondiente, la primera autoridad con funciones de seguridad pública en el lugar de la intervención. Sin embargo, cabe preguntarse si nuestra policía está debidamente capacitada y equipada para realizar fijaciones, acordonar, embalar o entrevistar a testigos.
El Protocolo Nacional del Primer Respondiente: la guía del héroe
Como respuesta a este dilema, se elaboró el Protocolo Nacional del Primer Respondiente (PNPR) en septiembre de 2015. Esta guía busca homologar la actuación de la policía en la investigación de delitos, garantizando la correcta aplicación de la cadena de custodia.
La reforma penal se programó para su total funcionamiento en el territorio nacional el 18 de junio del año en curso como plazo máximo. Sin embargo, se enfrenta al reto de capacitar a 41 mil policías estatales y municipales en el PNPR en tan solo cuatro meses.
El papel de la policía y los Ministerios Públicos
La labor de la policía como primer respondiente es de suma importancia para preservar las pruebas, pero también es crucial la operación conjunta con los Ministerios Públicos como dirigentes de las investigaciones. Ambos actores del drama judicial deben seguir al pie de la letra el guión establecido en el Código Nacional de Procedimientos Penales y en el Protocolo Nacional del Primer Respondiente.
El marco jurídico mexicano: ¿suficiente para garantizar la autenticidad de las pruebas?
En México, contamos con un marco jurídico que establece las bases para la cadena de custodia en materia de autenticidad de indicios o evidencias. Este sistema es de suma importancia, ya que cualquier rompimiento de la cadena de custodia puede tener consecuencias directas sobre el valor probatorio de los indicios hallados y se castiga con sanciones administrativas o penales.
La cadena de custodia es obligatoria para la policía, peritos y cualquier servidor público que deba preservar el lugar donde se encuentra la información completa de los hechos. La falta de preparación y la carencia de protocolos adecuados, como un guion mal escrito, pueden provocar errores en la cadena de custodia que comprometan la investigación.
Detalles que marcan la diferencia
En esta obra de misterio y evidencias, la descripción detallada de la forma en que se realizó la recolección, embalaje y etiquetado de evidencias, así como la identificación de quienes intervinieron, es crucial. Es como un registro minucioso de los actos de nuestros personajes.
Para ilustrar la trascendencia de este tema, mencionemos dos jurisprudencias: Registro digital 2004655 y Registro digital 2004653. En la primera, se establecen directrices para respetar la cadena de custodia y generar convicción en el juzgador, mientras que en la segunda se indica que la cadena de custodia debe respetarse para que los indicios recabados en la escena del crimen generen convicción en el juzgador.
Las pruebas: un arcoíris de posibilidades
En este escenario de crimen e investigación, las pruebas que pueden ser recabadas por los agentes policiales son de muy diversa naturaleza. Dependiendo del tipo de delito, las pruebas pueden ser muestras biológicas (ADN, restos orgánicos), toxicológicas (tráfico de drogas), dinero o joyas, armas y explosivos, así como pruebas informáticas o electrónicas.
La cadena de custodia en España: una perspectiva diferente
En España, no hay una regulación específica que establezca cómo deben desarrollarse los procesos de la cadena de custodia. En lugar de ello, se basan en los reglamentos oficiales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como la Orden JUS/1291/2010.
Este enfoque distinto nos da la oportunidad de reflexionar sobre cómo diferentes sistemas legales abordan esta cuestión crucial.
La importancia de la documentación y los sistemas de seguridad pasiva
Para preservar la cadena de custodia, es necesario documentar cada paso que da la prueba, identificando a la o las personas que han operado con ella, el lugar en que lo ha hecho, y dónde ha estado almacenada a posteriori. Los sobres, bolsas y precintos de seguridad garantizan la integridad, autenticidad y la identificación original de las muestras.
Los sistemas de seguridad pasiva permiten que la cadena de custodia permanezca intacta, y si se rompe, el caso se evalúa en función del tipo de anomalía. Así, irregularidades burocráticas no eliminan la validez de las muestras si no hay infracciones mayores que afecten a su integridad.
En conclusión: un llamado a la excelencia en la aplicación de la cadena de custodia
La cadena de custodia es un sistema de control y registro esencial en los procedimientos penales en México. Garantizar su correcta aplicación es responsabilidad de todos los actores involucrados en la escena del crimen y en la búsqueda de la verdad. La vida real no es una novela policíaca, pero en la lucha por la justicia, debemos ser los mejores autores de nuestra propia historia.