Los pesticidas son sustancias o mezclas de sustancias utilizadas para prevenir, destruir, repeler o controlar plagas, regular el crecimiento de plantas, desinfectar, controlar gérmenes y microbios, controlar problemas de hongos, matar o inhibir el crecimiento de plantas no deseadas, controlar insectos, interrumpir el crecimiento y reproducción de insectos, matar roedores y preservar la madera contra insectos, hongos y plagas.
Se utilizan para controlar diversas plagas y transmisores de enfermedades en la agricultura, como mosquitos, garrapatas, ratas y ratones, así como para controlar malezas, infestación de insectos y enfermedades.
El proceso para registrar un pesticida implica examinar los ingredientes del producto, el sitio o cultivo donde se utilizará, la cantidad, frecuencia y tiempo de uso, y las prácticas de almacenamiento y eliminación. Se evalúan los posibles efectos en la salud humana y ambiental asociados con el uso del producto, y se aprueba el texto de la etiqueta del pesticida para garantizar el uso seguro.
La EPA (Agencia de Protección Ambiental) revisa todos los pesticidas registrados al menos cada 15 años para garantizar su uso seguro. La revisión de registros debe completarse para todos los pesticidas registrados a partir del 1 de octubre de 2007, y antes del 1 de octubre de 2022.
Tipos de pesticidas y sus características
Los tipos de pesticidas mencionados en la información son insecticidas y herbicidas. Los insecticidas son utilizados para combatir plagas de insectos que causan daños en las cosechas y transmiten enfermedades. Existen diferentes generaciones de insecticidas. Los insecticidas de la 1ª generación son productos tóxicos, poco efectivos en la lucha contra las plagas y persistentes en el ambiente. Algunos ejemplos de insecticidas de la 1ª generación son cenizas, azufre, compuestos arsenicales, tabaco molido, cianuro de hidrógeno, compuestos de mercurio, zinc y plomo.
Por otro lado, los insecticidas de la 2ª generación son considerados mejores, y se clasifican en grupos según su estructura química. Las tres familias más importantes son los organoclorados (como el DDT), los organofosfatos y los carbamatos. Los organoclorados son tóxicos, persistentes en el ambiente y se bioacumulan en la cadena trófica. Los organofosfatos son poco persistentes y se eliminan en la orina, pero son muy tóxicos para los humanos. Los carbamatos son poco persistentes y se eliminan en la orina, pero son menos eficaces que los organofosfatos como pesticidas.
En cuanto a los herbicidas, se utilizan para eliminar las plantas no deseadas que crecen en los cultivos. Existen herbicidas selectivos, que solo matan ciertos tipos de plantas, y herbicidas no selectivos, que matan toda la vegetación. Entre los herbicidas selectivos, algunos eliminan las plantas con hoja ancha y otros eliminan las hierbas gramíneas. Dos herbicidas comunes son el ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D) y el ácido 2,4,5-triclorofenoxiacético (2,4,5-T), que tienen una estructura química similar a la hormona del crecimiento.
Uso de pesticidas en México – Estadísticas y regulaciones
En México, el uso de pesticidas es una práctica común en la industria agrícola. La agricultura juega un papel importante en la economía del país, representando el 3.39% del Producto Interno Bruto (PIB). Aunque este porcentaje se encuentra por debajo del promedio de Latinoamérica, está por encima del promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El mercado agrícola en México ha experimentado un crecimiento constante en las últimas décadas. Sin embargo, la contribución del sector agrícola a la fuerza laboral ha disminuido del 23% en 1995 al 13% en 2017. A pesar de esta disminución, más del 11% de la población laboral en México todavía se dedica a actividades agrícolas, incluyendo a pequeños agricultores y trabajadores temporales.
Los principales productos agrícolas en México son el azúcar, el maíz y la avena, y la mayoría de la producción proviene de medianos y pequeños productores. La agricultura en México, y por lo tanto el uso de plaguicidas, es intensiva en la mayoría del país, excepto en la región norte-noroeste. Las principales regiones donde se concentra la actividad agrícola son Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas-Durango, Veracruz, Oaxaca y Chiapas.
Es crucial destacar que existe una falta de información del mercado tanto para la industria de los plaguicidas como para la agricultura en México. A pesar de la importancia económica de este sector, se requiere una mayor transparencia y acceso a datos para comprender mejor el uso de pesticidas en el país. Además, el comercio agroalimentario desempeña un papel clave en la economía mexicana, ya que México es el tercer exportador agrícola y alimentario más grande de la región.
Impacto de los pesticidas en la salud humana
Los pesticidas químicos, como insecticidas, fungicidas, herbicidas y acaricidas, pueden ser sustancias tóxicas para los humanos. Tienen efectos tóxicos agudos y crónicos en la salud humana. El efecto tóxico agudo se manifiesta a corto plazo y puede provocar síntomas de envenenamiento e incluso la muerte. Los pesticidas comerciales están etiquetados con información sobre su categoría toxicológica, que varía desde extremadamente tóxico hasta ligeramente tóxico. En caso de intoxicación aguda por pesticidas, se recomienda buscar asistencia médica de inmediato.
El efecto tóxico crónico se manifiesta a largo plazo, semanas, meses o años después del contacto repetido con pequeñas cantidades de pesticidas. Los principales daños crónicos causados por los pesticidas incluyen afectación del sistema nervioso, cáncer, alteraciones hormonales, afectación del sistema inmunológico y daños reproductivos. Algunos pesticidas son considerados “altamente peligrosos” debido a su toxicidad aguda o crónica, su inclusión en convenios ambientales internacionales o su alta incidencia de efectos adversos en la salud o el ambiente.
En México, existen 183 ingredientes activos de pesticidas altamente peligrosos autorizados por la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Estos pesticidas están presentes en más de 3000 productos comerciales, principalmente para uso agrícola. Sin embargo, 140 de estos pesticidas están prohibidos o no autorizados en otros países. En el estado de Sinaloa, uno de los mayores consumidores de pesticidas en México, se han identificado 263 pesticidas comerciales utilizados en el período de noviembre de 2011 a octubre de 2012. Estos pesticidas representaron 246 toneladas aplicadas en ese tiempo. Aunque existen estudios sobre el efecto de los pesticidas en la salud humana en Sinaloa, no son concluyentes debido a la falta de reportes de intoxicación y la dificultad de asociar los efectos en el sistema endocrino con los pesticidas. Sin embargo, se ha observado un aumento en los casos de cáncer infantil en Sinaloa, posiblemente relacionado con la contaminación causada por la actividad agrícola.
Algunos de los pesticidas altamente peligrosos utilizados en Sinaloa incluyen:
– Clorpirifos.
– Dimetoato.
– Malatión.
– Metomilo.
– Oxamil.
– Betaciflutrin.
– Bifentrina.
– Lambda-Cyalotrina.
– Cipermetrina.
– Permetrina.
– Zeta-cipermetrina.
– Acetamiprid.
– Clotianidim.
– Imidacloprid.
– Tiametoxam.
– Ciromazina.
– Abamectina.
– Novaluron.
– Sulfoxaflor.
– Glifosato.
– Nicosulfuron.
– Benomil.
– Mancozeb.
– Tiram.
– Azoxystrobin.
– Boscalid.
– Tiabendazol.
Efectos de los pesticidas en el medio ambiente
Los pesticidas, herbicidas y fertilizantes son productos químicos agrícolas utilizados para proteger y conservar los cultivos vegetales. Sin embargo, su uso puede tener efectos negativos en el medio ambiente.
Los pesticidas pueden ser tóxicos para seres humanos y otros animales, tanto por inhalación como por consumo de productos expuestos a altas cantidades de estas sustancias. Por ejemplo, el glifosato, uno de los herbicidas más utilizados, ha sido relacionado con la mortandad de las abejas. Cuando las abejas visitan flores expuestas a este químico, se vuelven más vulnerables a las infecciones y presentan alteraciones en la memoria y el olfato.
Otro efecto negativo del uso de pesticidas es el desarrollo de resistencia en las especies objetivo. Al igual que los antibióticos, el uso indiscriminado de pesticidas puede llevar a la aparición de especies resistentes, lo que dificulta su control.
En cuanto a los fertilizantes, el principal riesgo medioambiental es la eutrofización de las aguas. Esto ocurre cuando el exceso de nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo, provenientes principalmente de la actividad agrícola o ganadera, contamina el agua potable. Un ejemplo de este fenómeno es el Mar Menor, en la Región de Murcia.
Para evitar estos efectos negativos, se promueve la agricultura ecológica como alternativa a los productos químicos. Los agricultores ecológicos utilizan sistemas sostenibles que respetan el medio ambiente y el bienestar animal. En lugar de pesticidas industriales, emplean alternativas como extractos de plantas, bacterias o la suelta de insectos que sean enemigos naturales de las plagas. Además, se puede utilizar compost como abono orgánico en lugar de fertilizantes industriales, ya que enriquece los suelos aportándoles materia orgánica.
Alternativas a los pesticidas en la agricultura
En la búsqueda por reducir el uso de pesticidas en la agricultura, se han desarrollado diversas alternativas que buscan ser más amigables con el medio ambiente. Estas alternativas presentadas en la capacitación sobre Manejo Agroecológico de Plagas son varias y ofrecen diferentes enfoques para el control de plagas. A continuación, se detallan algunas de ellas:
- Productos de extractos vegetales: Una opción para controlar plagas en cultivos es el uso de extractos vegetales con propiedades insecticidas, fungicidas, repelentes, inhibidores, atrayentes y disuasivos. Algunas especies de plantas utilizadas en este método incluyen el nim, chirimoya, chile, eucalipto, tabaco, higuerilla, chicalote, ruda, cempasúchil, ajo, cebolla, clavo y pimienta. Estos extractos ofrecen una alternativa natural y de bajo impacto ambiental para combatir las plagas.
- Biorracionales: Otra opción es el uso de productos de origen mineral como el Silicio y el Caolín, o la utilización de productos preparados a partir de materiales como la cal, el azufre o las cenizas. Además, se incluyen los jabones que pueden tener un efecto en el cuerpo de los insectos. Estos productos ofrecen una alternativa más equilibrada, ya que su impacto en el entorno es menor y se enfocan en interacciones más específicas con las plagas sin dañar al cultivo.
- Bioplaguicidas: Otra opción son los bioplaguicidas, los cuales utilizan bacterias, hongos y virus para controlar las plagas. Un ejemplo significativo es el uso de la bacteria Bacillus thuringiensis, que es específica para larvas de lepidópteros. También se mencionan los hongos Metarhizium anisopleae y Beauveria bassiana, entre otros. Estos bioplaguicidas ofrecen una alternativa biológica para combatir las plagas sin afectar negativamente al medio ambiente.
- Plaguicidas sintéticos de bajo impacto ambiental: Por último, también existen plaguicidas sintéticos que han sido desarrollados con un bajo impacto ambiental. Estos productos se pueden reconocer en México por mostrar una banda o línea verde en la parte inferior del envase. Aunque siguen siendo productos sintéticos, su uso reduce significativamente el impacto negativo en el medio ambiente y son una opción más segura para los agricultores y consumidores.
Es relevante destacar que la elección de la alternativa a utilizar dependerá del tipo de plaga y cultivo, y en la mayoría de los casos se trata de alternativas complementarias entre ellas. Cada una de estas opciones tiene sus ventajas y desafíos, por lo que es necesario evaluar cuidadosamente cuál es la más adecuada para cada situación. Sustituir plaguicidas altamente peligrosos por estas alternativas más sostenibles es un avance esencial hacia una agricultura más agroecológica y responsable con el medio ambiente.
Regulaciones sobre el uso de pesticidas en México
La Cámara de Diputados de México aprobó por unanimidad reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente para regular el uso de plaguicidas altamente peligrosos. Estas reformas tienen como objetivo prevenir la contaminación del suelo y prohíben el uso de plaguicidas altamente peligrosos o sustancias prohibidas en tratados internacionales de los que México sea parte.
La nueva legislación establece que un plaguicida es cualquier sustancia destinada a controlar plagas, incluyendo vectores de enfermedades humanas y animales, especies no deseadas en la producción agropecuaria y forestal, así como sustancias defoliantes y desecantes. Por otro lado, los plaguicidas altamente peligrosos se definen como aquellos que representan riesgos o generan afectaciones graves para la salud o el medio ambiente, de acuerdo con sistemas de clasificación internacionalmente aceptados o tratados internacionales.
La regulación y control de las sustancias consideradas altamente peligrosas es responsabilidad de la Federación. Además, se establece que no se podrán otorgar autorizaciones para la importación de plaguicidas y materiales peligrosos cuando esté prohibido por tratados internacionales. En un plazo de cuatro años, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales establecerá acciones de reducción y prohibición progresivas de los plaguicidas altamente peligrosos y sustancias prohibidas en tratados internacionales.
Por otro lado, las reformas aprobadas por la Cámara de Diputados de México buscan regular el uso de pesticidas en el país. Prohíben el uso de plaguicidas altamente peligrosos o sustancias prohibidas en tratados internacionales, con el fin de prevenir la contaminación del suelo. Establecen definiciones de plaguicida y plaguicida altamente peligroso, así como las responsabilidades de la Federación en la regulación y control de estas sustancias. Además, se establecen acciones de reducción y prohibición progresivas de los plaguicidas altamente peligrosos y sustancias prohibidas en tratados internacionales en un plazo de cuatro años.