Edward Snowden, el ex analista que destapó los programas ilegales de espionaje electrónico de Estados Unidos, pidió a los gobiernos del mundo que prohíban el comercio de programas espía, en medio de las nuevas revelaciones de Pegasus.
El estadounidense asilado en Rusia aseguró a los medios internacionales que ningún teléfono estará a salvo de los hackers patrocinados por el Estado si no se toman medidas, ya que la empresa israelí “NSO representa un nuevo mercado de malware, un negocio con ánimo de lucro al que no le importa la ley ni las regulaciones”.
“Se trata de una industria que no debería existir”, dijo, por lo que los gobiernos deben “imponer una moratoria mundial al comercio internacional de software espía”.
Además, a través de su cuenta de Twitter, Snowden dijo que la NSO debería ser considerada directamente responsable penal por su participación en “las muertes y detenciones de los afectados” por las herramientas digitales que vende a los gobiernos.
Snowden, que trabajó para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), saltó a la fama en 2013 tras revelar a la prensa los programas secretos de espionaje mundial de la agencia, hechos por los que es buscado por la justicia de su país.
Tras huir inicialmente a Hong Kong, se refugió en Moscú, donde pasó varias semanas en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetyevo, hasta que en agosto de 2013 se le concedió asilo por un año, que posteriormente se prorrogó hasta que Rusia le concedió recientemente el permiso de residencia indefinido.
Snowden concedió una entrevista a The Guardian y a Radio Francia Internacional tras las revelaciones sobre el espionaje mundial a activistas, periodistas y políticos a través del programa Pegasus, que tenía como objetivo al menos 50.000 números de teléfono de “personas de interés” para los gobiernos, clientes de la ONE israelí.
El análisis de una muestra de teléfonos móviles encontró docenas de casos de infecciones exitosas e intentos de Pegasus.
Según Snowden, los hallazgos del grupo mediático internacional revelan cómo el malware comercial ha permitido a los regímenes represivos someter a muchas más personas a modelos de vigilancia mucho más invasivos.
Para el ex analista, las fuerzas policiales ya no necesitan órdenes judiciales para invadir la casa o el vehículo de alguien. “Ahora pueden hacerlo a distancia, con poco coste y sin riesgo”.
“Si no se hace nada para detener la venta de esta tecnología, no serán sólo 50.000 objetivos. Serán 50 millones de objetivos, y ocurrirá mucho más rápido de lo que cualquiera de nosotros sospecha”, afirmó The Guardian.
A diferencia de las empresas que fabrican vacunas, añadió, empresas como NSO venden “vectores de infección. No son productos de seguridad. No proporcionan ningún tipo de protección, ningún tipo de profilaxis. No fabrican vacunas, lo único que venden es el virus”.
Y advirtió que, ante el poder de virus como Pegasus, la gente común no puede hacer nada para detenerlo.
“¿Qué puede hacer la gente para protegerse de las armas nucleares? La única razón por la que la NSO está haciendo esto no es para salvar el mundo, es para ganar dinero”, dijo a Radio Francia Internacional.
También criticó a Estados Unidos y Europa por no imponer normas más estrictas a la industria.
Por ello, Snowden reiteró que la única solución a los productos de espionaje es trabajar colectivamente para lograr una moratoria internacional sobre su venta, que impida el abuso de las vulnerabilidades de los teléfonos móviles.