A más de dos años del inicio del plan piloto, sólo dos por ciento de las trabajadoras del hogar han sido afiliadas al IMSS.
Los empleadores dicen que el registro es complicado, mientras que el IMSS y la Secretaría de Trabajo Social admiten que requiere ajustes.
Ángeles Martínez, dijo a El Sol de México que lleva más de tres meses intentando afiliar a Julia, quien trabaja para ella desde 2017 haciendo labores de limpieza en su casa. Cuando acude a la subdelegación del IMSS espera más de tres horas y no tiene éxito.
“Ya intentamos también por internet, donde parece un poco más sencillo, pero como Julia no tiene número de seguridad social, primero tuvimos que tramitarlo y luego también tramitar su CURP, que tampoco tiene, y así los papeles y trámites se suman y hacen el proceso muy engorroso”, dice Ángeles.
En México hay 2,2 millones de personas que trabajan en casa, de las cuales el 88% son mujeres. Hasta el pasado mes de junio, sólo 33.475, es decir, el 1,52 por ciento, estaban afiliadas al IMSS, según cifras oficiales de este organismo.
Omar Estefan, director general de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), reconoció que el programa puesto en marcha en abril de 2019, tiene mecanismos para ajustarse.
“El registro no es difícil, lo más complicado del programa ha sido la persistencia en el aseguramiento a través de pagos, ya que se debe recurrir mes a mes al banco para hacer el depósito, por lo que ya se analiza que los patrones cubran las cuotas por adelantado, lo cual podría entrar en vigor durante el último trimestre del año”, dijo a El Sol de México.
De acuerdo con las reglas actuales, las cuotas se calculan con base en el salario percibido y los días trabajados por cada trabajador. Una vez calculado el monto, se debe pagar mediante depósito bancario o por vía electrónica antes del día 20 de cada mes.
Luis Gerardo Magaña, jefe de la Unidad de Incorporación del IMSS, también reconoció que el pago de las cuotas no es un proceso sencillo, pero aseguró que ya están pensando en cómo hacerlo más fácil. Para empezar, se agregó un simulador en la página web del instituto para calcular las cuotas a pagar, ya que sólo se incluye el nombre del empleado, los días trabajados y el salario diario.
“Tratamos de facilitarles la mayor cantidad de información posible para que puedan realizar el proceso con facilidad”, dijo.
Ambas funcionarias coincidieron en que el plan va a paso lento más por la falta de concientización que por el papeleo, ya que aún no hay la suficiente cultura para pensar que si voy a contratar a una empleada doméstica hay que cumplir con la ley, por lo que confiaron en que cuando el programa sea obligatorio, la incorporación de trabajadoras será mayor.
“Yo diría que el programa avanza bien porque hemos logrado registrar una cifra nueve veces mayor a la que teníamos antes de este plan piloto, cuando las trabajadoras domésticas estaban afiliadas al IMSS a través de la modalidad 34, que también les permite tener derecho a una pensión y acceso a los servicios médicos y hospitalarios del IMSS, pero que era opcional para el patrón y pocos lo conocían”, dijo Estefan.
Sin embargo, Norma Palacios, secretaria general colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar, señaló que además de las cuotas, el plan tiene deficiencias en la verificación salarial, ya que muchos patrones están registrando a los trabajadores con sueldos menores a los reales para pagar menos cuotas, lo que tendrá consecuencias negativas para el futuro de los empleados.
“Reconocemos el avance que ha tenido este plan piloto para las trabajadoras del hogar, pero hay cuestiones que nos preocupan, como el hecho de que estén registrando a las trabajadoras con salarios más bajos”, dijo la sindicalista.
También coincidió en la necesidad de que el Legislativo apruebe la afiliación obligatoria de los trabajadores para que el plan funcione y no se quede en un esfuerzo mínimo del Gobierno.
El propósito de este programa de afiliación es brindar seguridad social a todas las personas que trabajan en el hogar y reciben un salario.
Al estar registrado en el IMSS, la persona tiene derecho a servicios de atención médica, hospitalaria, farmacéutica y obstétrica, pensión por invalidez, discapacidad y vida, fondo de retiro y prestaciones sociales, incluyendo servicios de velatorio y guarderías.
Además del trabajador, también están asegurados el cónyuge o pareja de hecho, los hijos, el padre y la madre.