Un terremoto en la isla indonesia de Bali, un popular destino turístico que acaba de reabrirse a los visitantes extranjeros, causó el sábado la muerte de tres personas, según informó la Agencia de Desastres Naturales.
El terremoto de 4,8 grados se detectó en una zona relativamente plana, a diez kilómetros de la superficie terrestre, al noreste de la ciudad de Banjar Wanasari.
Dos personas murieron cuando un corrimiento de tierras sepultó su casa y una tercera falleció en la ciudad portuaria de Karangasem, según las autoridades.
“El terremoto fue muy fuerte durante cinco segundos”, dijo el portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres, Abdul Muhari. “La gente entró en pánico y salió corriendo de sus casas”, añadió.
El epicentro del seísmo estaba lejos del bastión turístico de Bali, que reabrió sus puertas a los vuelos internacionales hace sólo dos días tras el paso de la pandemia.
Indonesia se ve afectada con frecuencia por terremotos, ya que se encuentra en el llamado “anillo de fuego” del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende por el sudeste asiático y la cuenca del Pacífico hasta Sudamérica.
En enero, un terremoto de 6,2 grados en la isla de Sulawesi mató a más de 100 personas y dejó a miles sin hogar. Hace tres años, un terremoto de 7,5 grados en Palu mató o dejó a más de 4.300 personas desaparecidas.