El estado de emergencia por la pandemia de Covid-19 en Tokio y otras regiones de Japón se levantará este domingo, 20 de junio, un mes antes del inicio de los Juegos Olímpicos, según anunció el jueves el primer ministro japonés, Yoshihide Suga.
Estas regiones estaban bajo el estado de emergencia desde finales de abril, que consistía principalmente en el cierre anticipado de bares y restaurantes y la prohibición de la venta de alcohol.
El dispositivo se levantará el domingo en Tokio y otros ocho departamentos del país, anunció Suga. En Okinawa (suroeste) se prolongará hasta el 11 de julio.
Sin embargo, se mantendrán importantes restricciones hasta el 11 de julio en Tokio y otros seis departamentos, principalmente para los bares y restaurantes, que tendrán que cerrar a las 20:00 horas y sólo podrán servir alcohol hasta las 19:00 horas.
“El número de infecciones en todo el país ha descendido desde mediados de mayo y la disponibilidad de camas de hospital está mejorando”, argumentó el primer ministro.
En algunos departamentos la curva descendente parece estar estancada, añadió el primer ministro, para justificar el mantenimiento de las restricciones.
En este nuevo marco de “cuasi estado de emergencia”, Tokio tendrá que seguir limitando el número de espectadores en las competiciones deportivas y los conciertos, con un límite de aforo del 50% y una asistencia máxima de 5.000 personas.
El miércoles, el gobierno acordó un límite de 10.000 espectadores para los departamentos de no emergencia o “cuasi emergencia”.
Estas normas podrían influir en los organizadores de las Olimpiadas, que a principios de la semana que viene deberán decidir si los espectadores locales estarán presentes en los Juegos y en qué capacidad.
Los medios de comunicación locales informaron el miércoles de que los organizadores olímpicos podrían utilizar esos mismos límites de 10.000 espectadores para la presencia de espectadores en los Juegos.
No se permitirán espectadores del extranjero, una medida que se aplica por primera vez en la historia de los Juegos.
A poco más de un mes de la inauguración, los organizadores intentan generar confianza en que los Juegos, el mayor acontecimiento internacional desde el inicio de la pandemia, serán seguros para los atletas y el público.
Las nuevas directrices sanitarias publicadas esta semana advierten a los atletas de que podrían ser expulsados de los Juegos si incumplen requisitos como el de llevar máscaras o someterse a pruebas diarias.
Los organizadores han dicho que el 80% de los atletas participantes estarán vacunados y no podrán interactuar con el público japonés.
El archipiélago japonés se ha visto menos afectado por la pandemia que otras grandes potencias, con 14.000 muertes relacionadas con el covid-19 desde marzo de 2020, según cifras oficiales.
Pero la crisis sanitaria ha puesto en apuros al sistema hospitalario y la llegada de los Juegos hace temer más variantes de contagio. Por el momento, sólo el 6% de la población japonesa está totalmente vacunada.
Los casi 6.000 periodistas que vienen del extranjero para cubrir el evento tendrán muy limitados sus desplazamientos durante las dos primeras semanas en el país: sólo podrán salir del hotel para asistir a las competiciones. Además, sus desplazamientos serán registrados por GPS, para ser comprobados posteriormente en caso de problemas.
Estas normas parecen empezar a tranquilizar a la población japonesa, que en las últimas encuestas se muestra menos contraria a los Juegos que antes.