Las autoridades electorales de Chile reanudaron este domingo el acto inaugural de la convención constitucional que da el pistoletazo de salida a la redacción de la nueva Carta Magna, tras pausar abruptamente la reunión durante casi una hora por la irrupción de un grupo de constituyentes.
“Reanudamos la sesión, de acuerdo con el decreto supremo. Esta es la primera sesión en la que se instala la convención constitucional encargada de redactar una nueva Constitución para Chile“, dijo la relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares.
Al grito de “No más represión”, un grupo de constituyentes vinculados a las protestas sociales de 2019 interrumpió el inicio del acto, la primera reunión oficial entre los 155 redactores, exigiendo el cese de la “represión policial” contra un grupo de manifestantes en las afueras del antiguo Congreso Nacional en Santiago, donde se celebraba el acto.
La cita estuvo detenida durante casi una hora que se vivió con gran expectación en el país, y finalmente varios candidatos que se habían retirado, volvieron al lugar y se reanudó el acto en el que juraron su cargo.
“Este es un acto democrático, no podemos estar adentro si afuera están reprimiendo, tenemos que tener una amplia mirada democrática y participativa, sin fuerzas especiales ni represión”, dijo Elisa Loncón, dirigente indígena que suena como una de las posibles presidentas del organismo, durante el receso.
La jornada comenzó con masivas marchas pacíficas de los diferentes grupos de constituyentes y simpatizantes, pero también hubo algunos disturbios en puntos cercanos a la antigua sede del Congreso, lo que motivó la actuación de la policía.
Algunos electores pidieron la retirada de las Fuerzas Especiales de Policía y denunciaron que hubo represión y que algunos de ellos fueron incluso agredidos por los agentes.
“Esto fue una vergüenza, demuestra que hay gente que lo único que sabe hacer es mostrar y sobrepasó todos los límites de lo aceptable”, añadió Teresa Marinovich, una de las 37 constituyentes de derecha progubernamental, respecto a la actitud tomada por algunos de sus compañeros de fuerzas progresistas e independientes.
Finalmente, y después de que la situación en el exterior se calmara parcialmente y de que la autoridad electoral comprobara que no había heridos ni detenidos, como se había informado, se reanudó el acto.
El proceso constituyente nació en 2019 como un acuerdo entre los partidos políticos para tratar de desactivar la mayor crisis social en tres décadas de democracia, que estalló en octubre de ese año con multitudinarias marchas por un modelo socioeconómico más justo y que dejó al menos treinta muertos y miles de heridos.
La elección de la presidencia del organismo, principal tarea de esta primera sesión, esconde un tira y afloja entre las distintas fuerzas de la convención, compuesta mayoritariamente por ciudadanos independientes (48 de los 155 candidatos), la mayoría de ellos de tendencia progresista. La derecha, por su parte, sólo obtuvo 37 escaños.
El organismo, compuesto por 155 personas de forma paritaria -algo inédito en el mundo- y con 17 representantes de los pueblos indígenas, deberá elegir su mesa directiva y, a partir de ahí, tendrá hasta un año para redactar la primera Constitución que emanará de un proceso plenamente democrático en la historia de Chile.
El nuevo texto, que deberá ser refrendado en otro plebiscito en 2022, sustituirá al actual, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y criticado por muchos por su carácter neoliberal.