Un nuevo libro escrito por dos periodistas del Washington Post afirma que, a principios de la década de 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso enviar a la base naval de Guantánamo a estadounidenses enfermos de Covid-19 que volvían de hacer turismo en Asia.
Según los autores, Yasmeen Abutaleb y Damian Paletta, el ex presidente habría sugerido la idea hasta en dos ocasiones en febrero del año pasado, cuando la Organización Mundial de la Salud aún no había declarado la situación de pandemia y los casos conocidos del coronavirus se concentraban en el continente asiático.
“¿No tenemos ninguna isla, por qué no Guantánamo? Importamos bienes, no vamos a importar un virus”, habría dicho Trump durante una reunión en la sala de crisis de la Casa Blanca con sus colaboradores más cercanos y altos funcionarios.
Los dos periodistas del Post recrean esta situación en su libro a partir de las entrevistas realizadas a más de 180 personas, algunas de ellas altos cargos del Gobierno estadounidense y funcionarios sanitarios.
Según el libro, el resto de las personas presentes en la sala reaccionaron “estupefactos” ante la idea del entonces presidente y “la dejaron pasar, preocupados por la reacción violenta que generaría poner en cuarentena a los turistas estadounidenses en la misma base caribeña donde el país mantiene a los sospechosos de terrorismo”.
El libro, titulado “Nightmare Scenario: Inside the Trump Administration’s Response to a Pandemic That Changed History“, relata, además de este episodio, un proceso de toma de decisiones “caótico y a menudo chapucero” en la Casa Blanca, plagado de “luchas de poder.”
El Washington Post fue uno de los principales diarios estadounidenses que más criticó a Trump a lo largo de su mandato y especialmente en relación con su gestión de la pandemia, y desde que el republicano no ocupa la Casa Blanca, su audiencia en internet ha bajado considerablemente, según las cifras mensuales publicadas por el propio periódico.
En la base naval de Guantánamo (Cuba) sólo quedan 40 de los casi 800 reclusos que albergaba tras su apertura en 2002, ordenada por el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.